Lima, Perú
Cuando la luz del día dibuja líneas y cuadros en las paredes de su celda , Gregorio Santos lee. Piketty y Vargas Llosa le acompañan. Está preso hace casi dos años por malos manejos de fondos públicos. Pero como aún no hay sentencia es libre de postularse a la presidencia de Perú.
'Si hubiese tenido la oportunidad del resto de candidatos, el contacto directo con la gente, estaría disputando los primeros lugares', dice Santos a la AFP. Preso en la celda 106 de un penal de máxima seguridad de Lima conocido como ' Piedras Gordas', este i zquierdista y líder antiminero sabe de triunfos en su vida.
En 2011, este menudo hombre de 49 años y discurso encendido, fue elegido presidente de la región andina de Cajamarca y, cuando ya estaba tras las rejas, lo reeligieron en 2014, pero en sus condiciones no pudo asumir.
Santos no ha perdido el apoyo de sus seguidores, quienes se juntan en plazas a ver los videos que él manda para sus actividades de campaña con miras a los comicios del 10 de abril.
'Cuando otros tienen que llevar a su candidato hasta las plazas, en mi caso es la gente que se reúne sin que yo esté presente', destacó el líder de Democracia Directa, que pudo participar en un debate televisado junto con los otros 9 candidatos en liza, mientras la fiscalía pide 24 años de prisión para él por supuestamente favorecer empresas en licitaciones de obras. Claro está que él lo niega.
Con un 2% de popularidad, ocupa el sexto lugar en las encuestas que lidera Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de cárcel por crímenes de corrupción y contra los derechos humanos. 'Hemos estado disputando los primeros lugares a pesar de las circunstancias', insiste.
- Combate desde las redes -
Santos, con cinco hijos, recibe visitas contadas de la familia y en estos últimos días, de la prensa en la cárcel de máxima seguridad del distrito limeño de Ancón. Por momentos se cuelan por las rendijas las melodías de un yaraví, una melancólica música andina, desde una radio.
En su cama lo acompañan 'Cinco esquinas' de Mario Vargas Llosa y 'El Capital en el Siglo XXI' del francés Thomas Piketty. Por las tardes juega futbolito en una loza de cemento rodeada de altos muros con cerco eléctrico. Es admirador de Diego Maradona.
Como exgobernador de Cajamarca, alegando defender el medio ambiente, logró paralizar en 2011 el proyecto minero Conga de la gigante Newmont, que preveía una inversión de unos 4.800 millones de dólares, y enfrentó un modelo esencialmente minero, clave para la economía de Perú.
Llegar a su celda requiere pasar por una faja de control de rayos X y al menos cinco rejas custodiadas por guardias. La fiscalía argumentó riesgo de fuga, en medio de la lentitud del sistema judicial peruano.
Santos recurre a las redes sociales Facebook y Twitter. Sus mensajes los sube su familia, a quienes recuerda con nostalgia, al igual que a su natal Cajamarca. 'Es como si te mencionaran a tu mamá', dice entre sollozos.
Cuando la luz del día dibuja líneas y cuadros en las paredes de su celda , Gregorio Santos lee. Piketty y Vargas Llosa le acompañan. Está preso hace casi dos años por malos manejos de fondos públicos. Pero como aún no hay sentencia es libre de postularse a la presidencia de Perú.
'Si hubiese tenido la oportunidad del resto de candidatos, el contacto directo con la gente, estaría disputando los primeros lugares', dice Santos a la AFP. Preso en la celda 106 de un penal de máxima seguridad de Lima conocido como ' Piedras Gordas', este i zquierdista y líder antiminero sabe de triunfos en su vida.
En 2011, este menudo hombre de 49 años y discurso encendido, fue elegido presidente de la región andina de Cajamarca y, cuando ya estaba tras las rejas, lo reeligieron en 2014, pero en sus condiciones no pudo asumir.
Santos no ha perdido el apoyo de sus seguidores, quienes se juntan en plazas a ver los videos que él manda para sus actividades de campaña con miras a los comicios del 10 de abril.
'Cuando otros tienen que llevar a su candidato hasta las plazas, en mi caso es la gente que se reúne sin que yo esté presente', destacó el líder de Democracia Directa, que pudo participar en un debate televisado junto con los otros 9 candidatos en liza, mientras la fiscalía pide 24 años de prisión para él por supuestamente favorecer empresas en licitaciones de obras. Claro está que él lo niega.
Con un 2% de popularidad, ocupa el sexto lugar en las encuestas que lidera Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de cárcel por crímenes de corrupción y contra los derechos humanos. 'Hemos estado disputando los primeros lugares a pesar de las circunstancias', insiste.
- Combate desde las redes -
Santos, con cinco hijos, recibe visitas contadas de la familia y en estos últimos días, de la prensa en la cárcel de máxima seguridad del distrito limeño de Ancón. Por momentos se cuelan por las rendijas las melodías de un yaraví, una melancólica música andina, desde una radio.
En su cama lo acompañan 'Cinco esquinas' de Mario Vargas Llosa y 'El Capital en el Siglo XXI' del francés Thomas Piketty. Por las tardes juega futbolito en una loza de cemento rodeada de altos muros con cerco eléctrico. Es admirador de Diego Maradona.
Como exgobernador de Cajamarca, alegando defender el medio ambiente, logró paralizar en 2011 el proyecto minero Conga de la gigante Newmont, que preveía una inversión de unos 4.800 millones de dólares, y enfrentó un modelo esencialmente minero, clave para la economía de Perú.
Llegar a su celda requiere pasar por una faja de control de rayos X y al menos cinco rejas custodiadas por guardias. La fiscalía argumentó riesgo de fuga, en medio de la lentitud del sistema judicial peruano.
Santos recurre a las redes sociales Facebook y Twitter. Sus mensajes los sube su familia, a quienes recuerda con nostalgia, al igual que a su natal Cajamarca. 'Es como si te mencionaran a tu mamá', dice entre sollozos.