NAIROBI, KENIA.-Tres personas murieron y 280 resultaron heridas en un enorme incendio causado durante la noche por una explosión de gas en Nairobi, la capital de Kenia, anunciaron el viernes las autoridades de ese país de África Oriental.
Tras nueve horas luchando contra las llamas, el incendio, que se declaró a la medianoche y movilizó a un gran número de bomberos, quedó controlado hacia las 09H00 locales (06H00 GMT), comprobaron periodistas de la AFP.
El viernes, la zona siniestrada en el barrio de Embakasi, en el sureste de Nairobi, estaba llena de chapas ennegrecidas y humeantes, restos de tejados de casas arrasadas por las llamas y carcasas de vehículos y camiones calcinados.
Esta zona densamente poblada, conocida como Mradi, (988.000 habitantes, según el censo de 2019), ubicada cerca del aeropuerto internacional, fue sacudida en plena noche por una potente explosión.
Un camión “cargado de gas explotó, provocando una enorme bola de fuego que se propagó ampliamente”, afirmó en la red social X el portavoz gubernamental Isaac Maigua Mwaura, que dio un balance de tres muertos y 280 heridos.
El fuego “dañó varios vehículos y propiedades comerciales, incluidas muchas pequeñas y medianas empresas”, explicó.
“Desgraciadamente, dos edificios residenciales del barrio también se incendiaron y un buen número de habitantes estaba en su interior porque era de noche”, agregó.
El viernes por la mañana, los vecinos denunciaron el almacenamiento ilegal de gas y gasolina en el barrio y acusaron a las autoridades de laxismo.
Un agente responsable de vigilar el lugar donde ocurrió la explosión fue arrestado, indicó el inspector de la policía, Douglas Kanja.
“Como un terremoto”
Por la fuerza de la explosión, varios automóviles quedaron pulverizados y se encontraron partes de coches sobre un edificio de cinco pisos, indicó la policía.
“Estábamos en casa y escuchamos una enorme explosión”, relató a la AFP James Ngoge, que vive justo enfrente del lugar donde se produjo el incendio.
“Todo el edificio fue sacudido por un enorme temblor, teníamos la sensación que se iba a derrumbar. Al principio, no sabíamos qué pasaba, era como un terremoto. Tengo un comercio en la carretera que está completamente destruido”, explicó.
Felix Kirwa, un conductor de mototaxi, contó que tras la explosión “cogió a (su) hijo menor” y echó a correr.
“No sabía adónde habían huido mis otros dos hijos hasta esta mañana, cuando los localicé. Están a salvo”, dijo, contento de haberse “roto sólo una pierna”.
“Corrimos dando gritos porque había fuego por todas partes fuera”, dijo Vivian Njeri, una vecina de 34 años, que estaba recibiendo atención médica en una tienda de campaña frente a un hospital de Nairobi.
Instalación ilegal
Tras la conmoción, varios habitantes de Mradi entrevistados por la AFP señalaron al gobierno por permitir que funcionen instalaciones de almacenamiento de combustible en su vecindario.
El Instituto petrolero de África del Este (PIEA), que agrupa a las compañías petroleras y gasistas de la región, declaró en un comunicado que, tras examinar el lugar, “esta explosión se produjo en lo que es un sitio ilegal de llenado y almacenamiento de gas de petróleo licuado situado en una zona residencial densamente poblada”.
Según la organización, el dueño del lugar y algunos de sus clientes habían sido condenados en mayo de 2023 por esta instalación.
“El propietario continuó operando instalaciones ilegales de almacenamiento y llenado sin cumplir con las normas mínimas de seguridad y el personal calificado de GLP requerido por la ley, lo que condujo a este desafortunado desastre”, señaló.
La Autoridad Reguladora del Petróleo y la Energía de Kenia (EPRA) afirmó que el año pasado había denegado en tres ocasiones las solicitudes para instalar una planta de almacenamiento y llenado de GLP en el lugar de la explosión.
“La razón principal del rechazo fue que los diseños no cumplían con las distancias de seguridad”, señaló, en referencia a “la alta densidad de población alrededor del sitio propuesto”.
En 2011, más de 100 personas murieron en un barrio pobre de Embakasi tras derramarse e incendiarse una tubería de combustible.