Al menos 37 personas podrían haber muerto en el incendio que arrasó un centro comercial que albergaba una oficina de atención telefónica de una multinacional estadounidense en la ciudad de Davao, al sur de Filipinas, país ya devastado por una tormenta tropical.
Este incendio se suma a otra tragedia de origen natural que azota el archipiélago: la tormenta tropical Tembin, que ha causado más de 200 muertos en el sur de Filipinas, donde 70.000 personas se vieron obligadas a huir.
Fuera del centro comercial incendiado, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, intentaba consolar a las familias congregadas para tener noticias, aunque les aseguró que había 'cero' posibilidades de que sus seres queridos aún estuvieran con vida, indicaron testigos a la AFP.
Davao es la mayor ciudad del sur de Filipinas y está ubicada a cerca de 1.000 kilómetros de Manila. Tiene 1,5 millones de habitantes.
Los bomberos recuperaron este domingo un primer cadáver, cuando ya el incendio estaba bajo control, indicó a la prensa la alcaldesa de Davao, Sara Duterte, hija del presidente.
Los bomberos llegaron a la conclusión de que todas las personas atrapadas en el edificio habían perecido, dijo la alcaldesa. 'Consideran que nadie pudo sobrevivir en medio de este calor y de esta espesa humareda negra', afirmó.
El fuego comenzó en el centro comercial NCCC, de cuatro pisos, la mañana del sábado y varias personas quedaron atrapadas en su interior, entre otros los trabajadores de una oficina de atención telefónica ubicada en la última planta
El centro de llamadas pertenecía a la multinacional estadounidense SSI.
'Élla (Duterte) nos dijo que hay cero' posibilidades de que 'alguna persona pudiera sobrevivir en esas circunstancias', dijo a la AFP Jimmy Quimsing, un marinero retirado que esperaba noticias de su hijo, Jim Benedict, de 25 años, que trabajaba en el centro de llamadas.
El asistente especial de Duterte, Christopher Go, confirmó a la AFP el contenido de la conversación.
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'Nulas'
El responsable de la Oficina de Protección contra el Fuego en el lugar de los hechos dijo que las probabilidades de que las 37 personas hubieran sobrevivido eran 'nulas', según escribió Paolo Duterte -vicealcalde y hermano de la alcaldesa-, en una publicación de Facebook.
La jefa de bomberos de Davao, Honey Fritz Alagano, dijo que los administradores del edificio le dijeron a las autoridades que el incendio comenzó con una chispa en el techo de la sección de muebles de la tercera planta.
'El centro comercial es un lugar cerrado sin ventilación. Cuando nuestros bomberos intentaron entrar fueron repelidos por el fuego y por el humo', indicó. La funcionaria explicó que en estas condiciones sólo hacen falta 'de tres a cinco minutos' para que una persona termine sofocada.
El presidente Duterte, que fue alcalde de Davao durante dos décadas, sigue viajando a la ciudad los fines de semana.
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Doble catástrofe
Muchas de las víctimas de las lluvias y las crecidas de los ríos provocados por la tormenta Tembin se produjeron en la isla de Mindanao, donde está situada Davao.
Los incendios son un tragedia habitual en Filipinas, especialmente en las zonas pobres, donde no se aplica ninguna norma de seguridad en las construcciones.
En el país también se han registrado casos de incendios en grandes edificios e industrias, donde la corrupción y la explotación hacen que las normativas existentes no sean aplicadas.
En 2015, un incendio de una fábrica de zapatos en Manila dejó 72 muertos. Los supervivientes culparon de las muertes a las condiciones de trabajo impuestas por los dueños, que los hacían producir en talleres con barrotes en las ventanas y cerrados bajo llave.
El incendio más grave de la historia del país fue en 1996, cuando 162 personas murieron en una gigantesca explosión en una discoteca de Manila.