La entrega de los 600 dólares, que son adicionales a la asistencia ordinaria por desempleo, “fue lo adecuado”, dijo Scalia, pero ya no es necesario porque la economía comienza a recuperarse.
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El dinero, incluido en un paquete de asistencia del gobierno decretado a finales de marzo, ha ayudado a millones de trabajadores a quedarse en casa y pagar sus recibos, aun cuando la tasa de desempleo se ha disparado a sus niveles más altos desde la Segunda Guerra Mundial.
Los pagos expiran el 31 de julio y los demócratas impulsan un plan para ampliar esa prestación adicional hasta enero. La Cámara de Representantes, de mayoría demócratas, aprobó la propuesta el mes pasado, pero se considera improbable su avance en el Senado, de mayoría republicana.
Scalia mencionó un informe sobre el empleo imprevistamente optimista difundido el viernes pasado. Para finales de julio “esperamos que la economía esté muy adentrada en el proceso de reapertura, con órdenes de confinamiento levantadas y millones de estadounidenses libres para regresar al trabajo”, afirmó Scalia ante la Comisión de Finanzas del Senado.
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Las prestaciones por desempleo continuarán siendo necesarias en agosto y más allá, “pero las circunstancias por las que se dispuso la asistencia adicional de 600 dólares habrán cambiado”, afirmó Scalia.
Los demócratas no coinciden con ese punto de vista y aseguran que la tasa de desempleo posiblemente continuará en máximos históricos por lo menos durante el verano.
El informe sobre puestos de trabajo difundido el viernes muestra que el desempleo bajó en mayo a 13,3% debido a que los negocios reabiertos comenzaron a llamar de nuevo a millones de trabajadores a un ritmo más veloz que el pronosticado por los economistas, aunque la tasa de desempleo es igual a la que vivió el país durante la Gran Depresión.