MORELOS, MÉXICO.- El obispo Salvador Rangel, conocido por haber negociado acuerdos de paz con violentos narcotraficantes en el empobrecido estado mexicano de Guerrero (sur) y cuya desaparición había sido reportada este lunes, fue hallado con vida, informaron autoridades eclesiásticas.
“El Excelentísimo Monseñor Salvador Rangel Mendoza, Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo Chilapa, ha sido localizado y se encuentra en el Hospital General Dr. José G. Parres” de la ciudad de Cuernavaca (estado de Morelos, sur), informó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en sus redes sociales.
La institución religiosa no ofreció de momento más detalles sobre su estado de salud ni las circunstancias de su localización, pero adelantó que brindará mayor información en cuanto esté disponible.
El fiscal estatal de Morelos, Uriel Carmona, confirmó por su parte el hallazgo y la identificación de Rangel, y agregó que el obispo ese encuentra acompañado de personal del Episcopado.
“Estamos esperando la corroboración de su estado de salud, parece que está bien. Preliminarmente, lo que tenemos es que pudo haberse tratado de un secuestro exprés”, dijo Carmona a la televisora Milenio.
Horas antes la CEM manifestó su “profunda consternación” por la desaparición del obispo emérito, cuyo paradero se desconocía desde el sábado pasado, según un comunicado divulgado previamente.
La autoridad eclesiástica contempló la posibilidad de que Rangel estuviese secuestrado e hizo un llamado a quienes lo mantenían “en cautiverio” a que le permitan tomar “los medicamentos que requiere para su bienestar” debido a su “delicado estado de salud”, aunque sin precisar su enfermedad.
Rangel, un sacerdote de 78 años con experiencia en zonas de conflicto, es conocido por haber logrado pacificar en 2015 la región Chilpancingo Chilapa, mediante el diálogo con los jefes de bandas criminales dedicadas a la producción y tráfico de opio, amapola y marihuana.
En sus gestiones de entonces, el obispo pedía a los capos cesar los homicidios y el cobro de extorsiones, y liberar a secuestrados.
“Valió la pena. Me tocó salvar mucha gente secuestrada. En Chilapa (...) había muertos todos los días, descuartizados, cobro de piso. Eso se detuvo”, declaró Rangel a la AFP en 2022.
En febrero pasado, junto a otros tres obispos, intentó negociar una nueva tregua, que los líderes criminales rechazaron. El presidente Andrés Manuel López Obrador saludó entonces la gestión: “Lo veo muy bien, creo que todos tenemos que contribuir a conseguir la paz”.
La espiral de violencia criminal que envuelve a México deja más de 450.000 muertos desde que a finales de 2006 el entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012) declaró la guerra a los cárteles del narcotráfico.