Hacía meses que había tomado la decisión. Pero no la comentó con nadie. Se la guardó, como guardó a lo largo de toda su vida cientos -¿o acaso miles?- de secretos.
Solamente habló con el principal involucrado sobre sus intenciones y quizás, en la única persona de su familia en la que puede confiar: su hijo Felipe.
Según reconstruyó el diario madrilista El País, el rey Juan Carlos y su vástago pensaron tres posibles fechas para anunciar el final de una era para España y para la Corona de los Borbones. Sin embargo, todas las posibles estaban muy cerca una de otra en el calendario de mayo y junio. Finalmente, coordinaron todo de tal forma que todos los integrantes de la Familia Real estuvieran en Madrid, cerca del jefe de hogar, en uno de los momentos más trascendentales de su vida.
Llama la atención, sin embargo, que Juan Carlos no haya compartido el secreto con personalidades que vio hace poco: el papa Francisco y los sultanes árabes, a quienes visitó en los últimos meses, cuando ya la decisión no sólo estaba in péctore, sino que ya tenía fecha.
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¿Acaso no confiaba en el secreto que pueda guardar un sumo pontífice? ¿Tampoco en la prudencia de a quienes llamaba 'hermanos' en Medio Oriente? El secreto mejor guardado, dicen, es el que no se comparte con nadie.
La mañana del lunes 2 de junio fue vertiginosa: Mariano Rajoy arribó al Palacio de la Zarzuela y se enteró de la noticia a las 9 am. Media hora después estaba convocando a una conferencia para anunciar la noticia que despertó a los españoles. Momentos después de la cita con el presidente, el Rey llamó a los responsables del Senado y del Congreso.
El equipo de grabación de TVE ya estaba en Palacio. Aunque todavía no sabían para qué habían sido convocados. Minutos después, lo sabrían y comenzarían con sus tareas para una grabación que resultó salirse de la rutina.
El mensaje fue grabado varias veces. Según cuentan los testigos -entre quienes se encontraba el futuro monarca español-, el rey se emocionó una y otra vez al leerlo. Muchos recuerdos habrán volado por su cabeza.
Al terminar la grabación, fue momento de empezar a llamar a políticos, colegas, amigos, escritores, editores, sindicalistas, empresarios... la lista era interminable y le demandó horas frente al teléfono. Hasta con el líder de los republicanos se comunicó unos minutos el rey, y la conversación giró en torno a lo mismo: pedirían un referéndum para determinar qué querían hacer los españoles con la Casa Real.
Pero también le ganaron de mano los líderes políticos de Francia, Gran Bretaña y Alemania. Todos ellos llamaron antes al rey para expresarles sus saludos y admiración por la difícil decisión tomada.
Juan Carlos continuará siendo rey hasta el 18 de junio próximo, cuando una nueva era en la familia de los Borbones se haga lugar en el Palacio de la Zarzuela, donde el saliente monarca seguirá viviendo, aunque sin ocupar la que hasta hoy es su oficina histórica y por la que pasaron miles de personajes de la vida política, cultural, social y económica de España y el mundo.