El gobierno francés informó este miércoles que el presunto agresor, de 48 años, fue hallado muerto horas después.
Según fuentes del entorno del sospechoso, su cadáver apareció en su vehículo y todo apunta a que se suicidó.
Los hechos comenzaron la noche del martes en una pequeña aldea cerca del pueblo de Saint-Just, en el centro este, en la madrugada del miércoles, detalló la fiscalía a la AFP.
Los militares fueron tiroteados por un hombre cuando intentaban ayudar a una mujer que estaba refugiada en el tejado de una vivienda.
Las víctimas mortales eran varones y tenían entre 21 y 45 años.
El presidente francés, Emmanuel Macron, los calificó de 'héroes' y confirmó que acudieron en auxilio de una mujer 'víctima de violencia conyugal'.
'Intervinieron para socorrer a una mujer víctima de violencias conyugales (...) La nación se une al dolor de sus familias. Para protegernos, nuestras fuerzas ponen en riesgo sus vidas. Son nuestros héroes', dijo el jefe de Estado en un mensaje en Twitter.
Según la ministra francesa de la Ciudadanía, Marlene Schiappa, 'la propia mujer llamó a la policía para decir que estaba siendo amenazada' y según la responsable no era la primera vez que sufría algún tipo de violencia por parte del agresor.
La mujer y su hijo pudieron ser rescatados ilesos y ella está siendo interrogada para aclarar lo sucedido.
- Disparos y fuego -
En un primer momento, dos gendarmes acudieron al lugar de los hechos, respondiendo a una denuncia de violencia doméstica. Intentaron acercarse a la vivienda donde la mujer se había refugiado y el agresor les disparó.
Uno de ellos falleció en el lugar y el segundo, herido en un muslo, fue transportado por los bomberos a un hospital cercano.
Después de incendiar su casa, el hombre disparó de nuevo a los gendarmes presentes en las cercanías de la vivienda y mató a otros dos militares, según fuentes oficiales.
Los bomberos tuvieron que esperar varias decenas de minutos antes de poder acercarse a las víctimas y, cuando pudieron llegar hasta ellos, ya habían fallecido.
Durante la noche del martes al miércoles, se desplegó un importante dispositivo para detener al agresor y al lugar llegaron unos 300 militares.
El presunto autor de los disparos tendría antecedentes por problemas en la custodia de menores.
Exceptuando los atentados terroristas, los ataques con armas de fuego contra las fuerzas del orden en Francia son muy poco frecuentes. En junio de 2012, dos mujeres gendarmes murieron en Collobrières (sureste) cuando intervinieron en una disputa entre vecinos.
El pasado mayo, un hombre atrincherado en su casa en la localidad de Saint-Christoly-Médoc (suroeste) disparó a los gendarmes con un fusil e hirió levemente a uno de ellos. El agresor fue abatido por las unidades especiales cuando se disponía a disparar de nuevo contra las fuerzas del orden.