Los líderes de la economía mundial agrupados en el G20 están dispuestos a tomar “todas las medidas necesarias” para mantener el crecimiento y la confianza, según un borrador de la declaración de su cumbre que se abrió en Los Cabos, México.
Frente a la crisis recurrente del euro y los síntomas de desaceleración mundial, los mandatarios se reunieron en Los Cabos (noroeste de México) para intentar dar una imagen de unidad, como sucedió en pleno clímax de la crisis financiera de 2008.
El grupo “se compromete a adoptar las medidas necesarias para reforzar el crecimiento y restaurar la confianza”, aseguró el texto de la declaración final, que aún estaba siendo debatido.
Los europeos miembros del grupo se comprometieron igualmente a tomar también “todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y la estabilidad de la zona”, siempre según ese texto.
Grecia debe mantenerse en la zona euro y sus socios deben apoyar al nuevo gobierno surgido de las urnas, añadió el comunicado.
En cuanto a España, epicentro de nuevo de la crisis a causa del nerviosismo sin cese de los mercados, el G20 dio un espaldarazo a su plan de saneamiento bancario que costará a la eurozona 100,000 millones de euros.
Los líderes europeos se mostraron a la defensiva.
“Francamente, no venimos a recibir lecciones de democracia o sobre cómo manejar la economía”, advirtió el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
“Europa en estos momentos muestra una situación de tensión pero de algún modo también ha mostrado una voluntad de reformas económicas”, declaró el ministro español de Economía, Luis de Guindos.
El presidente mexicano y anfitrión, Felipe Calderón, pidió al abrir la reunión que los líderes estén “a la altura de lo que el mundo espera de nosotros”.
Tras una semana de gran nerviosismo, en especial en los mercados europeos, los mandatarios acudieron a su séptima cumbre aliviados tras el resultado de las elecciones griegas del domingo, que dieron una victoria ajustada al partido conservador Nueva Democracia, proeuropeo.
Ese resultado “supone una perspectiva positiva (...) para que (los griegos) trabajen constructivamente con sus socios internacionales para que puedan continuar en la senda de la reforma”, afirmó el presidente estadounidense, Barack Obama.
Ambición
En plena campaña para su reelección, Obama se juega gran parte de su capital en Europa.
“Grecia debe permanecer y permanecerá en la zona euro”, enfatizaron los líderes, siempre según el borrador.
Pero Grecia, que acumula un enorme descontento social por la austeridad dictada por sus socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI), “debe cumplir sus compromisos”, añadió el texto.
La canciller alemana, Ángela Merkel, reiteró que “Grecia tiene que cumplir y cumplirá” los compromisos asumidos al aceptar el rescate de su economía.
Obama y Merkel se reunieron al margen de la cumbre y el estadounidense se mostró “alentado” por las conversaciones.
En el seno del G20 se reproduce la batalla entre los que apuestan por el crecimiento, aunque sea a costa de más gasto público, y los que apuestan por la austeridad y el control de los déficits.
La gran complejidad de la crisis del euro, en la que ningún protagonista quiere perder excesiva soberanía, se añade a ese entorno de nerviosismo.
El diferencial de la deuda española respecto a la alemana volvió a batir récords, con lo que el financiamiento en los mercados se está encareciendo rápidamente.
Las bolsas mostraron caídas regulares, y el euro se resintió también de la incertidumbre, alimentada en gran medida por la situación política en Grecia.
El borrador del comunicado del G20, sujeto aún a cambios, señala al respecto que los líderes desean que la zona euro “trabaje de la mano del próximo gobierno griego para asegurarse de que siguen en la senda de la reforma y la sostenibilidad”.