Con 29.307 focos en la selva amazónica, 2020 fue el segundo peor agosto de la década, detrás de 2019, cuando fueron identificados 30.900 focos, precisó el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). La cifra, sin embargo, podría haber sido afectada por una falla el 16 de agosto en uno de los satélites de observación, indicó el informe.
Ese número superó el promedio histórico de 26.082 focos de incendio en ese mes, a pesar de que el gobierno del presidente Jair Bolsonaro envió en mayo a las Fuerzas Armadas para combatir los crímenes ambientales y prohibió en julio el uso de fuego en la agricultura en la selva durante 120 días.
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'Los datos confirman el fracaso de la costosa y mal planificada operación de las Fuerzas Armadas instituida en la Amazonía por el gobierno Bolsonaro en sustitución de un plan de combate a la deforestación', dijo la organización Observatorio del Clima en un comunicado.
Bolsonaro es criticado dentro y fuera de Brasil por defender la apertura de la Amazonía a la explotación minera, energética y agropecuaria.
Los incendios amazónicos son una consecuencia de la deforestación, dado que en la selva tropical no existe la combustión espontánea.
'Los incendios no ocurren de forma natural en la Amazonía. La práctica se volvió aún más común con la falta de vigilancia y el desmantelamiento de los organismos ambientales promovidos por este gobierno', dijo Rómulo Batista, portavoz de Greenpeace.
Durante los tres meses de actuación de las Fuerzas Armadas, hubo 39.187 focos de incendio, superando los 38.952 registrados durante el mismo trimestre en 2019.
El vicepresidente Hamilton Mourao, quien preside el Consejo Nacional de la Amazonía, ha reiterado en varias ocasiones que 'la selva no está en llamas', y afirma que la presión sobre el gobierno por la causa ambiental responde a intereses políticos y económicos.
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En julio, la deforestación en la Amazonía brasileña se redujo un 36% respecto al récord de julio de 2019, pero en el período agosto 2019-julio 2020 (año de referencia en el calendario de la deforestación) la tala alcanzó 9.205 km2, un 34,5% más que en los doce meses anteriores.
Por otra parte, en el Pantanal brasileño, un santuario de la biodiversidad situado al sur de la Amazonía, los incendios en agosto se triplicaron frente al mismo período de 2019, alcanzando la segunda peor marca para ese mes de la serie histórica.
Fueron 5.935 focos de incendio este mes, frente a 1,690 en 2019. La cifra es cuatro veces superior al promedio histórico para agosto (1,399) y es la mayor desde 2005, cuando fue registrada la cifra récord para este mes (5,993).
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