La semana pasada, el FBI arrestó por corrupción a dos de sus principales exfuncionarios.
Pero el escándalo que amenaza con derribar al gobernador de 40 años de edad se basa en la charla, en la que algunos de los hombres más influyentes de la isla se comportaron como un puñado de adolescentes.
La filtración de al menos 889 páginas del chat privado ha sumido a Rosselló en la crisis más profunda de su carrera.
En el chat de la aplicación de mensajes encriptados Telegram, Rosselló se refiere a una política de Nueva York de ascendencia boricua como una “puta”, describe a otra como “hija de perra” y se burla de la obesidad del hombre con el que posó para una fotografía.
La conversación también contiene referencias vulgares sobre la homosexualidad del cantante puertorriqueño Ricky Martin y una serie de emojis con el dedo medio levantado, dirigidos a la junta federal de control que supervisa las finanzas de la isla.
Para muchos puertorriqueños que siguen sin recuperarse del peor desastre natural, aunado al mayor colapso de finanzas públicas de la isla, los analistas del escándalo y la población civil afirman que el chat es la gota que derramó el vaso.
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Manifestantes marcharon el lunes por la capital por tercer día para exigir la renuncia de Rosselló. Líderes de ambas cámaras del territorio estadounidense declararon que no tienen planeado un juicio político, pero una influyente asociación de alcaldes pertenecientes al partido de Rosselló retiró su respaldo al gobernador.
Los cantantes puertorriqueños Benito A. Martínez Ocasio, conocido como Bad Bunny, y René Pérez, conocido como Residente, publicaron en Twitter que planean viajar a la isla para unirse a las protestas.
El dramaturgo Lin-Manuel Miranda, cuyo montaje de la producción “Hamilton” se toca en las conversaciones, dijo que el chat es “una imagen muy perturbadora de la manera en que opera este gobierno”.
Incluso si Rosselló se mantiene en el cargo su imagen quedó sumamente debilitada.
El escándalo por la conversación estalló un día después de que la exsecretaria de Educación en el gobierno de Rosselló y otras cinco personas fueron arrestadas por desviar fondos federales a contratistas poco calificados pero con conexiones políticas.
Los miembros del chat eran Luis Rivera Marín, secretario de Estado; Christian Sobrino, quien se desempeñó en una serie de importantes puestos económicos; Carlos Bermúdez, quien fuera asistente de comunicaciones; Edwin Miranda, un consultor de comunicaciones; Ricardo Llerandi, secretario del Interior; Anthony Maceira, secretario de Asuntos Públicos; y Elías Sánchez, quien en algún momento fue representante en la junta que supervisa la bancarrota de Puerto Rico.
El grupo menciona a la entonces presidenta del Consejo de la Ciudad de Nueva York Melissa Mark-Viverito, quien ha criticado al líder del Partido Demócrata Tom Pérez por oponerse a la estatidad de Puerto Rico, y a la que Rosselló se refiere como “puta”.
En referencia a Carmen Yulín Cruz, alcaldesa de San Juan que anunció su intención de postularse en contra de Rosselló en los comicios de 2020, el gobernador dijo que “dejó de tomar sus medicamentos”.
“Es eso o es tremenda HP”, continúa, utilizando las iniciales para un insulto.
Uno de los miembros del chat se refiere a la directora de la junta federal de supervisión como “gatita”. Otro bromea que una senadora de la isla debería estar en un burdel. Junto a una fotografía suya en la que saluda a un hombre con sobrepeso, el gobernador escribe: “Todavía estoy ahí; es mi cuarta rotación. Genera un campo de gravedad muy fuerte”.
Al discutir sobre la falta de patólogos forenses en la principal morgue de Puerto Rico, Sobrino dice: “¿No tenemos algún cadáver para alimentar a nuestros cuervos?”.
Rivera Marín, Sobrino, Bermúdez y Miranda ya renunciaron a sus cargos o fueron despedidos.
Nos vemos allá ??✊ https://t.co/PiFRgP38wO
— Residente (@Residente) 15 de julio de 2019