Sacar fuerzas. Tener valentía. Crear vínculos como madre e hija para superar las dificultades que puedan tener.
Elizabeth Rodríguez y su hija, Lizbeth Okumura, están sentadas una junto a la otra ante los reunidos.
Durante más de ocho años, ambas han sido parte de una organización cuyo objetivo es ayudar a las latinas a tener éxito al fortalecer las relaciones entre madre e hija.
Lizbeth ahora tiene 20 años y espera graduarse de la Universidad Texas A&M en 2022. Rodríguez tiene 46 años y está por obtener un diploma. El grupo, Con Mi Madre, las motiva a las dos a lograr sus objetivos.
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“Es muy normal sentirse asustada” ya que sus hijos crecen y se enfrentan a todo tipo de desafíos, dijo Rodríguez a la audiencia. Su consejo incisivo: “Con una comunicación cercana, mantén una relación con ella”.
Rodríguez y Lizbeth son sólo dos historias de éxito de un programa cuyo objetivo es ayudar a las latinas a florecer en la escuela, pero también en la vida al trabajar para obtener autoestima y resiliencia entre un grupo de jóvenes mujeres que desde hace mucho se enfrenta a problemas particulares de salud mental.
“El trabajo que hacemos llega a la raíz de un problema”, dice Johanna Moya Fábregas, directora ejecutiva de Con Mi Madre. “Ayuda a prevenir muchos de los problemas a los que se enfrentan las adolescentes — como no sentirse merecedoras o sentirse aisladas, suicidas — todas esas cosas que si tienes una base muy fuerte, es menos probable lidiar con ellas”, comenta.
“O, incluso si lidias con ellas, es más probable que tengas las herramientas para superar esos problemas”, agregó.
Con Mi Madre empezó en 1992 con un objetivo diferente: aumentar el número de latinas que terminan la secundaria e ingresan a la universidad. El grupo sin fines de lucro tiene un requisito: las jóvenes que ingresan deben hacerlo con sus madres u otra persona influyente en sus vidas.
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