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Migrantes centroamericanos en zozobra por redadas en México

Ciertos sectores de la sociedad de las localidades del sur de México han mostrado su hartazgo ante el creciente flujo de migrantes que han llegado desde fines del año pasado

29.05.2019

TIJUANA, MÉXICO.- Las redadas de los agentes de migración se han hecho habituales en Tapachula, cercana a la frontera con Guatemala, y han incrementado el miedo y la incertidumbre entre los miles de migrantes varados en esa ciudad mexicana.

La medianoche del martes efectivos del Instituto Nacional de Migración, la Policía Federal y el ejército acompañaron un operativo del Instituto Nacional de Migración para desalojar a cerca de un centenar de centroamericanos, la mayoría familias con niños, que pernotaban desde hace semanas en el parque central de la ciudad.

De forma paralela, alrededor de un millar de haitianos y africanos que se habían instalado en las puertas de la estación migratoria de la ciudad fueron retirados del lugar aparentemente para ser llevados a una instalación migratoria.

El miércoles la explanada del centro de detención, donde los migrantes esperaban una respuesta por parte de las autoridades mexicanas para seguir su camino hacia el norte o regularizar su estancia en México, lucía vacío después de semanas en las que estuvo plagado de familias que se amontonaban en busca de información con sus niños en brazo y durmiendo bajo improvisadas tiendas.

El martes, durante la tarde, hubo al menos dos redadas en hoteles utilizados normalmente por los migrantes cubanos.

En las redadas apenas un puñado de migrantes fueron detenidos, según constataron periodistas de The Associated Press en el lugar, pero las acciones de las autoridades incrementaron el miedo tanto entre los cubanos como entre los centroamericanos más desfavorecidos que en plena noche, con las colchonetas bajo un brazo y niños somnolientos no sabían hacia dónde dirigirse ni qué hacer cuando las autoridades levantaron su pequeño campamento.

“No tenemos adónde ir”, dijo Germán Efraín Rodríguez, un hondureño de 33 años que estaba con su esposa y tres hijos en el parque central y sostenía sus documentos en la mano, entre ellos una visa para estar legalmente en México y su constancia de haber solicitado refugio. “Nos miran mal, exigimos un poco de respeto”, agregó.

Ciertos sectores de la sociedad de las localidades del sur de México han mostrado su hartazgo ante el creciente flujo de migrantes que han llegado desde fines del año pasado y que ahora tienen desbordadas a autoridades y organizaciones de la sociedad civil.

“Que nos vayamos, que nos vayamos, pero ¿adónde nos vamos a ir?”, dijo Vanesa Rodríguez, que salió de Honduras con sus dos hijas y en plena noche miraba a su alrededor sin saber qué dirección tomar. “En los albergues no nos dejan entrar, que ya no hay espacio”.

La tarde del martes agentes de migración acompañados de federales llegaron a dos hoteles para lo que calificaron de “revisión rutinaria”.

En uno de ellos detuvieron a media docena de cubanos mientras el resto de los migrantes de esa nacionalidad gritaban y arremetían contra ellos diciéndoles que violaban sus derechos. En el otro, el responsable del hotel impidió el acceso a las fuerzas de seguridad mientras les decía que solo permitiría que entraran con orden judicial.