A la altura de Puerto Barrios, un fuerte contingente policial y militar se apostó frente a la caravana migrante integrada por hondureños, nicaragüenses, cubanos, haitianos, venezolanos, entre otras nacionalidades.
Travesía
La disminución en la primera caravana migrante de 2022 fue el resultado de los enfrentamientos protagonizados la noche del sábado, cuando migrantes y autoridades protagonizaron un altercado con golpes, piedras y palos, que dejó lesionados en ambos bandos.VEA: Caravana migrante hacia EEUU se disgrega al ingresar a Guatemala
Según los testimonios de quienes pretenden alcanzar el 'sueño americano', la situación se produjo porque los agentes guatemaltecos les solicitaron sus documentos de identificación y sus comprobantes de vacunas contra el covid-19 o una prueba reciente que certifique que tienen un diagnóstico negativo de la enfermedad, pero según ellos, aunque algunos sí llevan todos los requisitos, tampoco los dejaron avanzar.
Sin embargo, la gran mayoría de ellos no portaba algunos de los documentos solicitados, incluso, transitaban sin usar las recomendadas mascarillas para evitar el contagio del mortal virus, por lo que ya en el lugar, muchos aprovecharon para solicitar a las instituciones de derechos humanos y a las autoridades hondureñas y guatemaltecas facilitarles el equipo de bioseguridad y las pruebas rápidas que les permitan cumplir con la disposición y seguir su camino, pues afirman que volver a sus países no es una opción para ellos.
'Piden la cédula y aquí va, que las dos dosis de la vacuna, aquí van también ¿entonces por qué no nos dejan pasar?, llevo todo en regla', dijo un hondureño a los medios de comunicación.
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De inmediato, decenas de ellos continuaron mostrando sus documentos y pruebas negativas de covid-19, pidiendo que si no había manera de obviar la regla, se cumpliera, pero que permitieran que quienes sí presentaron sus documentos pudieran avanzar, pues no había una razón lógica para retenerlos más.
'Vamos por la orillita, no queremos entorpecer el orden de su país', manifestó un sampedrano que dejó a su esposa e hijos en su vivienda, con la promesa de mejorar sus condiciones de vida con su trabajo en suelo estadounidense.
Por su parte, un ciudadano nicaragüense, que dejó a tres de sus cuatro hijos en Honduras, dijo que pese a ser productor de audio no ha podido encontrar un empleo en su tierra natal o en el país vecino, por lo que su meta es llegar a Estados Unidos y así se mantendrá.
Abusos
En esa primera noche a la intemperie, los migrantes denunciaron todo tipo de atropellos por parte de las autoridades de Guatemala, desde amenazas a muerte si se atrevían a cruzar, hasta lo que ellos consideraron como una 'extorsión', pues aseguran que les pidieron 800 quetzales para pagar un carnet, sin embargo, muchos salieron sin un centavo de sus lugares de origen.Otra hondureña originaria del norte del país, dijo que los policías le quitaron su mochila, llevándose sin ninguna razón todas sus pertenencias.
En el grupo también hay una gran cantidad de niños, algunos acompañados y otros que viajan solos por el peligroso camino, pero que llevan la misma meta que los adultos, como el caso del pequeño Jonathan (13), quien es originario de Choloma, Cortés, al norte de Honduras y que salió de su hogar dejando a sus hermanitos y a su madre, a quienes les prometió un televisor y teléfonos celulares, pues nunca han podido tener acceso a estos aparatos tecnólogicos que en muchos hogares son comunes.
Para evitar este tipo de situaciones, algunos decidieron aventurarse por senderos ilegales, exponiéndose a ser presas del crimen organizado que opera en los países que componen la ruta migrante.
Mientras que en los que se quedaron frente al retén la consinga predominante es que la unidad les pemitirá abrirse puertas y fronteras, primero en Guatemala, luego en México, donde ya se preparaban los agentes de la Guardia Nacional como en ocasiones anteriores, al igual que en Estados Unidos, donde el ingreso ilegal se ha vuelto cada vez más difícil.
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