El tornado se formó el jueves en la noche mientras potentes tormentas eléctricas barrían todo el país. Siete ciudades y pueblos sufrieron daños graves, con edificios enteros en ruinas y autos volcados. Más de 120,000 viviendas se quedaron sin suministro eléctrico.
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Las autoridades enviaron a la zona a 360 policías adicionales y soldados. A los rescatistas llegados de muchas partes del país para ayudar se sumaron otros de las cercanas Austria y Eslovaquia. Se estaban empleando drones y helicópteros para buscar entre los restos.
Según el servicio de rescate regional, había al menos tres fallecidos.
“Esta es una gran tragedia', afirmó el primer ministro, Andrej Babis, que estaba en Bruselas para asistir a una cumbre de la Unión Europea y tenía previsto visitar la región el viernes.
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Marek Babisz, teniente de alcalde de Hrusky, dijo a la radio pública checa que la mitad de la localidad estaba casi completamente destruida.
“La iglesia no tiene campanario, la escuela primaria ya no tiene tejado ni aislamiento, solo quedan las paredes donde antes había casas. Hay heridos, es realmente terrible', aseguró.
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