La abreviada contienda se centró como nunca antes en los escándalos de corrupción y en la desaceleración económica de los últimos años en el país de cuatro millones de habitantes, que de todas maneras sigue entre los de mayor crecimiento en América Latina, aunque se lo reprocha como uno de los más desiguales del planeta.
En lo que las autoridades esperan que sea una jornada con masiva participación, las mesas de votación en todo el país abrieron sin contratiempos y el único incidente reportado se dio en la norteña provincia de Colón, una de las más violentas del país, a raíz de una riña al parecer aislada a las elecciones y que la policía controló.
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Laurentino Cortizo, un ganadero de 66 años que estudió administración de empresas en Estados Unidos, llega liderando los sondeos como candidato del Partido Revolucionario Democrático, o PRD, otrora brazo político del pasado régimen militar que busca el triunfo por tercera vez desde la transición a la democracia hace tres décadas.
Cortizo, que fue ministro de Agricultura bajo el presidente Martín Torrijos, ha prometido limpiar la imagen del país tras los recientes escándalos de corrupción y cerrar las brechas socioeconómicas.
Antes de emitir su voto temprano en un centro de convenciones capitalino se le preguntó cómo se vería de llegar al poder: “Trabajando duro, dándole duro a la corrupción y ayudando al pueblo panameño”.
El siguiente en las encuestas es Rómulo Roux, un empresario de 54 años del Partido Democrático. Roux tiene el apoyo del magnate de supermercados y expresidente Ricardo Martinelli, que está en prisión a la espera de juicio por cargos de espionaje político. Roux ocupó varios puestos en el gobierno de Martinelli, incluido ministro de Asuntos del Canal y ministro de Exteriores.
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Roux martilló que la economía de Panamá solo creció un 3,8% el año pasado frente a la expansión del 10,7% en 2012, cuando gobernaba Martinelli, y el domingo antes de sufragar recalcó su emblema de campaña.
“Vamos a volver a generar el progreso económico que los panameños están pidiendo a gritos”, dijo a los periodistas.
El top tres lo completa un candidato independiente que pudo presentarse tras reunir miles de firmas. Ricardo Lombana, de 45 años, es un abogado que ganó relevancia a través de un movimiento ciudadano hace varios años que cuestionaba la impunidad y corrupción en el país. Los estrategas políticos consideran improbable una victoria de Lombana, pero la atención que ha logrado podría convertirlo en un firme candidato en los comicios de 2024.
Su campaña se ha centrado en ganar apoyos en medios sociales y de los jóvenes, en lugar de con los costosos avisos de televisión que prefieren los candidatos de los tres principales partidos políticos del país.
“Este país lo van a transformar los jóvenes”, aseguró Lombana. “Han retado el estatus quo”.
Desde antes de que abriesen las mesas a las 7:00 de la mañana, se notó una importante afluencia en los puntos de votación en el centro de la capital y en las afueras en una mañana nublada y calurosa.
Es la sexta elección general en este país desde el fin del régimen militar tras la expulsión del dictador Manuel Antonio Noriega a fines de 1989 por la invasión de Estados Unidos.
La votación se celebraba después de las revelaciones sobre lavado de dinero en los llamados Papeles de Panamá, que mancharon la reputación del país a nivel internacional. La filtración de documentos financieros secretos mostró cómo algunos de los más ricos del mundo ocultaban su dinero utilizando sociedades pantalla en Panamá y otros países.
Pese al escándalo, Panamá sigue siendo un lugar estratégico para el comercio, gracias a la bulliciosa ruta naviera del Canal de Panamá y a un aeropuerto internacional ampliado hace poco.
A los votantes panameños también les preocupan el creciente desempleo, el declive de las escuelas públicas, un suministro de agua poco fiable y la corrupción sin castigar.
“Yo no creo que eso lo vamos a erradicar, pero sí se puede minimizar y se puede lograr una mejor distribución de la riqueza”, dijo a The Associated Press Juan Carlos Córdoba, un vendedor de mercancías de 62 años que llegó temprano a votar en un sector de la periferia capitalina.
“Panamá es un país muy rico y cuando se une tiene una tremenda fortaleza, así que yo espero que esa explosión de corrupción pueda ayudar a mejorar”.
El presidente saliente Juan Carlos Varela, un conservador de 55 años y veterano de la industria de las bebidas alcohólicas, será recordado probablemente como el líder que estrechó los lazos políticos y económicos del país centroamericano con China. Panamá estableció relaciones diplomáticas con China y rompió con Taiwán en 2017.
Varela, que asumió la presidencia con promesas de perseguir la corrupción y bajar los precios de la comida, deja el gobierno con bajos índices de popularidad. La constitución veta la reelección.
China y Estados Unidos son los principales clientes del Canal de Panamá, el motor económico del país.
Varela presionó para reforzar los lazos con China pese a los años de presiones estadounidenses para que diera marcha atrás en el acercamiento diplomático. Varios países latinoamericanos han cortado lazos con Taiwán en los últimos años y recibido generosas inversiones de infraestructuras dentro de la iniciativa china Cinturón y Ruta de la Seda.
Estas inversiones han avivado algunos temores en Washington a que China esté construyendo alianzas en la región, quizá a expensas de los intereses económicos y geopolíticos de Estados Unidos.