Tres pandillas de El Salvador decidieron prorrogar este martes un cese de los homicidios, que habían decretado el pasado fin de semana a cambio de que el gobierno desista de aplicar medidas excepcionales para combatirlas.
'Se ha cumplido (la tregua), se ha visto la baja (de los homicidios) las estadísticas hablan por sí solas', declaró uno de los pandilleros encapuchados que brindó declaraciones a medios de comunicación y que fueron transmitidas por el Canal 19 de la televisión local.
Las pandillas formularon el nuevo llamamiento a sus bandas para que detengan los asesinatos, en momentos en que las autoridades reconocen que hubo baja en el número de muertes violentas.
'Hoy en día hemos hecho el llamado a nuestra gente (pandillas) de que terminada la media noche, lo que son las 72 horas, a que le demos continuidad, que prorroguemos esto,(es decir) que se continúe la baja de homicidios', subrayó el pandillero.
El domingo, las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y las dos facciones del Barrio 18, ordenaron a sus miembros el cese de 'todo tipo de homicidio a nivel nacional' para 'demostrarle al pueblo en general y al gobierno que no hay necesidad de poner medidas (excepcionales) que sólo vienen a violentar la constitución de la república'.
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El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, rechazó el lunes cualquier negociación con las maras.
'No hay ninguna negociación con ninguna estructura criminal. La PNC es la menos interesada en que procesos de este tipo (pactos) se den en el país', declaró Cotto.
Este martes, un total de 299 cabecillas de pandillas fueron trasladados desde varios penales del país a un centro de máxima seguridad en Quezaltepeque, 20 km al noroeste de San Salvador, a fin de cortarles comunicación con sus agrupaciones en el exterior, informó el ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez.
Los miembros de las pandillas pidieron a sus miembros que 'vean la manera de cuidarse' y que 'tengan paciencia' y que no caigan en provocaciones del ejército y de la Policía.
El gobierno tomó la decisión de aplicar medidas extraordinarias para enfrentar a las pandillas luego de que el 3 de marzo fueron asesinados por pandilleros once trabajadores, ocho de ellos de una empresa de electricidad y tres jornaleros, en la zona rural de la ciudad de San Juan Opico, 31 km al oeste de San Salvador.
El jueves, el presidente Salvador Sánchez Cerén enviará al congreso una serie de medidas excepcionales para atacar con mayor rigor la criminalidad desatada por las pandillas.
El Salvador acumula un promedio de 22 asesinatos por día, en su mayoría las autoridades los atribuyen a las pandillas que cuentan con unos 70,000 miembros, de los cuales 13,000 están encarcelados.