Con una marcha y un plantón sobre la avenida costera de este balneario, integrantes del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, del Club de Periodistas de Guerrero y corresponsales de medios nacionales demandaron al gobierno mexicano y a las autoridades locales esclarecer el crimen de Álvarez.
La Fiscalía General del Estado confirmó este fin de semana el hallazgo de restos humanos que coincidían con la genética del periodista desaparecido el pasado 2 de abril, sin ningún indicio hasta el momento del posible móvil del homicidio.
Los periodistas enviaron un documento al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, donde solicitan otorgar medidas de protección y seguridad a la familia de Álvarez, y expresaron su preocupación por el clima de inseguridad que impera en el estado de Guerrero, al que pertenece Acapulco.
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'A pesar de que se informó que se trataba de un reportero, el caso no fue turnado a la agencia especializada en delitos contra periodistas y defensores de los derechos humanos', denunciaron los manifestantes en un escrito.
Álvarez se convirtió en el segundo comunicador asesinado en lo que va del año en México, uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. A finales de marzo, la periodista María Elena Ferral fue asesinada a balazos en el estado de Veracruz, en el este del país.
La Comisión de Derechos Humanos de Guerrero (ombudsman) condenó el crimen de Álvarez y pidió a las autoridades agilizar la investigación para esclarecer los motivos sobre su asesinato y llevar a los responsables ante la ley.
Más de 100 periodistas han sido asesinados en México desde el año 2000 hasta la fecha. En 2019, fueron ultimados 10, según un conteo de Reporteros sin Fronteras (RSF).