'No, esta pandemia no es una guerra. Las naciones no se enfrentan unas a otras, ni los soldados a otros soldados. Es un test de nuestra humanidad', dijo el presidente alemán en una alocución televisada.
Esta crisis 'saca lo mejor y lo peor de las personas. Mostremos a los demás lo mejor de nosotros mismos', dijo a sus conciudadanos.
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'Y por favor, que Europa nos lo demuestre también', agregó, ya que Alemania no podrá 'salir de la crisis fuerte y sana' si los vecinos 'no están también fuertes y sanos'.
'Nosotros, alemanes, no solo estamos llamados a dar muestras de solidaridad en Europa, ¡estamos obligados a hacerlo!', dijo coincidiendo con la conmemoración este año en Europa de los 75 años del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la victoria sobre la tiranía del régimen nazi.
A diferencia de otros países en Europa como Italia, España o Francia, entre los más afectados del mundo junto con Estados Unidos por la pandemia, Alemania no ha impuesto un confinamiento estricto a la población y parece mucho menos afectado que sus vecinos ya que hasta ahora cuenta oficialmente con 2,500 muertos por COVID-19.
El presidente alemán abogó por que la solidaridad se ponga en marcha para encontrar una vacuna: 'velemos por que en el marco de una alianza mundial, los países más pobres, que son los más vulnerables, tengan también acceso' a dicha vacuna.
Steinmeier también rindió un homenaje a los 'pilares invisibles' de la sociedad alemana, en particular, las cajeras, los conductores de bus y de camiones, los panaderos, los agricultores y los recolectores de basura.
'El peligro todavía no ha pasado. Pero ya podemos decir que hoy cada uno de ustedes ha cambiado radicalmente de vida, cada uno de ustedes ha salvado vidas y salva cada vez más cada día', recordó.
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