SAN JOSÉ, COSTA RICA
El presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Costa Rica, Carlos Chinchilla, dejó su cargo este lunes, tras ser amonestado por su papel en un escándalo de tráfico de influencias para la importación de cemento chino.
Chinchilla, de 55 años, informó a la CSJ que se acogería a una jubilación anticipada, cuatro días después de que la Corte Plena lo reprendiera -sin consecuencias penales- junto a otros tres integrantes de la Sala Penal del máximo tribunal de justicia.
Los jueces fueron amonestados por 'falta grave', tras ser investigados por tráfico de influencias, luego de que el año pasado desestimaran una causa contra dos diputados señalados de colaborar con el empresario Juan Carlos Bolaños. Este último fue el protagonista del escándalo de importación de cemento chino, un caso que sacudió a la política costarricense en 2017.
Bolaños, actualmente en prisión preventiva, es acusado de ejercer presión política y otorgar gratificaciones a cambio de la autorización para importar cemento de China con créditos millonarios de bancos públicos, sin las debidas garantías.
La red delictiva de Bolaños involucró a agentes de los tres poderes del Estado. En el curso de la investigación, un magistrado de la CSJ y el fiscal general fueron separados, así como el gerente y la junta directiva en pleno del estatal Banco de Costa Rica, mientras un viceministro de Hacienda debió renunciar a su cargo.
Chinchilla y sus compañeros de la Sala penal exoneraron a irregularmente a los ahora exdiputados Otto Guevara y Víctor Morales Zapata, de cargos de tráfico de influencias a favor de Bolaños, pese a contar con cientos de conversaciones telefónicas con el empresario para probarlos.
La amonestación escrita a los jueces generó críticas en el país por la levedad de la sanción, luego de que la exfiscal general adjunta, Berenice Smith, fuera suspendida dos meses por el mismo caso.