Cuernavaca, México
El cadáver de un sacerdote mexicano que había sido secuestrado fue reconocido el miércoles por su familia en una morgue del centro del país, con lo que suman tres los curas ultimados sólo en abril, informó una fiscalía regional.
Las autoridades encontraron el cadáver de José Moisés Fabila, de 83 años y capellán del Coro de la Basílica de Guadalupe de la capital mexicana, en un lote baldío del céntrico estado de Morelos el domingo pasado, pero recién fue reconocido por su familia el miércoles en la noche.
'Es la noche de este miércoles (pasado), cuando acude a las instalaciones del Servicio Médico Forense en la capital del Estado, quien dijo llamarse Elizabeth y reconoce el cuerpo como el de su padre identificado como Moisés Fabila Reyes', detalló a la prensa la fiscalía de Morelos.
El presbítero estaba de vacaciones en Cuernavaca, capital de Morelos, cuando fue secuestrado el pasado 3 de abril, reportó el Centro Católico (CCM) Multimedial.
'Los familiares habrían entrado en negociaciones con los delincuentes acordando la cantidad de 2 millones de pesos (unos 105.000 dólares)' que fueron pagados, pero 'de acuerdo a las primeras informaciones, la resistencia del hombre cedió antes de que se consumara el acuerdo de negociación. El rescate fue pagado, pero Fabila Reyes ya había fallecido', reveló el CCM.
'La Iglesia ha tenido su 'abril negro'. Tres sacerdotes han muerto en circunstancias violentas', denunció el organismo.
El 18 de abril, el cura Rubén Alcántara, de la diócesis de Izcalli, del Estado de México, fue asesinado en el interior de su iglesia. Tres días después, el sacerdote Juan Miguel Contreras de 33 años, de la Arquidiócesis de Guadalajara, fue ultimado a balazos también en el interior de su templo en plena sacristía.
En lo que va del 2018, cinco sacerdotes han sido asesinados. En 2017, fueron cuatro, de acuerdo al CCM.
El cadáver de un sacerdote mexicano que había sido secuestrado fue reconocido el miércoles por su familia en una morgue del centro del país, con lo que suman tres los curas ultimados sólo en abril, informó una fiscalía regional.
Las autoridades encontraron el cadáver de José Moisés Fabila, de 83 años y capellán del Coro de la Basílica de Guadalupe de la capital mexicana, en un lote baldío del céntrico estado de Morelos el domingo pasado, pero recién fue reconocido por su familia el miércoles en la noche.
'Es la noche de este miércoles (pasado), cuando acude a las instalaciones del Servicio Médico Forense en la capital del Estado, quien dijo llamarse Elizabeth y reconoce el cuerpo como el de su padre identificado como Moisés Fabila Reyes', detalló a la prensa la fiscalía de Morelos.
El presbítero estaba de vacaciones en Cuernavaca, capital de Morelos, cuando fue secuestrado el pasado 3 de abril, reportó el Centro Católico (CCM) Multimedial.
'Los familiares habrían entrado en negociaciones con los delincuentes acordando la cantidad de 2 millones de pesos (unos 105.000 dólares)' que fueron pagados, pero 'de acuerdo a las primeras informaciones, la resistencia del hombre cedió antes de que se consumara el acuerdo de negociación. El rescate fue pagado, pero Fabila Reyes ya había fallecido', reveló el CCM.
'La Iglesia ha tenido su 'abril negro'. Tres sacerdotes han muerto en circunstancias violentas', denunció el organismo.
El 18 de abril, el cura Rubén Alcántara, de la diócesis de Izcalli, del Estado de México, fue asesinado en el interior de su iglesia. Tres días después, el sacerdote Juan Miguel Contreras de 33 años, de la Arquidiócesis de Guadalajara, fue ultimado a balazos también en el interior de su templo en plena sacristía.
En lo que va del 2018, cinco sacerdotes han sido asesinados. En 2017, fueron cuatro, de acuerdo al CCM.