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Reforma migratoria inicia camino

Expertos y legisladores señalan que el mismo será tortuoso y se espera una oposición feroz de los conservadores republicanos que la catalogan como “amnistía” para indocumentados.

18.04.2013

Un grupo bipartidista de ocho senadores introdujo un proyecto de ley para refundar el sistema migratorio de Estados Unidos, que desató la alegría entre los activistas, pero que aún debe superar un tortuoso camino y fantasmas de derrotas pasadas.

El texto, que ya recibió el espaldarazo del presidente Barack Obama, supondría, de ser aprobado, la más ambiciosa reforma migratoria en Estados Unidos de las últimas tres décadas, incluyendo la posibilidad de legalizar a los 11.5 millones de indocumentados en el país, la mayoría de ellos hispanos.

La “Ley de seguridad fronteriza, oportunidad económica y modernización migratoria”, un voluminoso documento de 844 páginas, fue presentada por el llamado Grupo de los 8, integrado por cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos, en la madrugada del miércoles, anunciaron los propios autores.

“Una reforma migratoria con sentido común es vital para asegurar las fronteras, impulsar el crecimiento económico y proveer un acceso mayor al ‘sueño americano’. Nuestra propuesta bipartidista es un punto de partida”, expresaron en un comunicado conjunto.

“El statu quo de tener a once millones de indocumentados viviendo bajo una amnistía de facto se perpetuará si no hacemos algo para resolver este problema”, estimó uno de ellos, el republicano de origen hispano Marco Rubio, que puede ser clave para convencer a renuentes sectores republicanos.

“Estamos confiados en que una reforma migratoria que incluya un camino claro y directo hacia la ciudadanía se conseguirá este año”, indicó Kica Matos, portavoz de una coalición de grupos que apoyan la reforma, llamada FIRM en inglés.

El proyecto de reforma establece un complejo abanico de medidas de seguridad para reforzar la frontera con México, supedita la legalización a que se alcancen ciertos estándares de seguridad y refunda el sistema de visas para que vaya en función de los intereses económicos del país.

La seguridad en la frontera ha sido el gran argumento de senadores y gobernadores republicanos de los estados sureños para paralizar la reforma integral desde su último y sonado fracaso en 2007.

Oposición

“No importa cómo traten de presentarlo, la ley del Senado es amnistía para 11 millones de inmigrantes ilegales”, escribió este miércoles en un editorial el legislador republicano Lamar Smith. La seguridad fronteriza no es la prioridad del proyecto, se quejó el senador de ese partido Jeff Sessions.

Pero muchos otros líderes republicanos han empezado a respaldar una reforma luego de las elecciones del año pasado en las que Obama obtuvo el 71% del cada vez más importante voto hispano.

Obama, quien recibió el martes en la Casa Blanca a dos senadores del Grupo de los 8, dijo que el proyecto es “esencialmente consistente con los principios que yo he defendido repetidamente”.

Obama es contrario a que la legalización de indocumentados se supedite a estándares de seguridad, pero este es un punto de honor para los conservadores que temen un nuevo flujo de inmigrantes, tal y como sucedió luego de la amnistía a indocumentados que concedió el presidente Ronald Reagan en 1986.

Confianza

“Estamos confiados en que una reforma migratoria que incluya un camino claro y directo hacia la ciudadanía se conseguirá este año”, indicó Kica Matos, portavoz de una coalición de grupos que apoyan la reforma.

“Estamos más cerca que nunca de una solución”, estimó por su parte el jefe del grupo de legisladores hispanos del Congreso, el demócrata Rubén Hinojosa.

Según la ley, luego de que se implemente un nuevo plan de seguridad, los indocumentados que hayan ingresado al país antes de 2012 podrán recibir un estatus provisional, diez años más tarde podrán optar a la “tarjeta verde” de residente definitivo y tres años después podrán ser naturalizados.

Los indocumentados no podrán tener historial delictivo, deben aprender inglés, pagar una multa e impuestos. Pero aquellos que llegaron al país siendo jóvenes podrán ser regularizados más rápido, en cinco años.

Miembros del Grupo de los 8 han mostrado su deseo de que el proyecto de ley sea votado en junio, luego de un largo proceso legislativo que incluirá varias audiencias que comienzan el viernes próximo, pero otros, como Rubio, han manifestado su rechazo a que se apure el proceso por lo delicado del tema.

La Cámara de Representantes, que por estar dominada por los republicanos se augura como un escenario más hostil para la reforma, aún debe ofrecer su versión de la ley.


Amnistía

La última amnistía migratoria paradógicamente la impulsaron los republicanos durante el mandato del entonces presidente Ronald Reagan.

Entonces se permitió la regularización de millones de personas, mayoritariamente latinos que vivían indocumentados en Estados Unidos.

Debido a que Reagan era el astro de los conservadores republicanos, hubo poca oposición del sector derechista del partido, entonces más concentrado en apoyar e impulsar la política de contención diseñada por la Casa Blanca para detener la expansión de los movimientos socialistas en Latinoamérica.