CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS.- Las autoridades del sur de California expresaron alivio el sábado de que los daños y heridos no fueron tan graves como se pensaba después del sismo de magnitud 7.1 que sacudió la región, pero expresaron preocupación por la posibilidad de
réplicas fuertes en los próximos días y semanas.
No se reportaron lesionados graves tras el sismo del viernes, el de mayor intensidad en la región en los últimos 20 años, que remeció una franja que se extiende desde Sacramento hasta México, y que dio pie a la evacuación de una base de la Marina Armada en el desierto de Mojave.
El sismo se registró a las 8:19 de la noche con epicentro a 18 kilómetros (11 millas) de Ridgecrest, la misma área donde apenas un día antes hubo otro sismo de magnitud 6.4.
Dejó edificios cuarteados y en llamas, caminos dañados, ferrovías obstruidas y fugas en tuberías de gas y agua.
Los pocos daños se debieron principalmente a lo remoto del epicentro. Sólo 28,000 personas viven en la región de Ridgecrest. Pero los sismólogos advirtieron que el área podría registrar hasta 30,000 réplicas en los próximos seis meses.
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April Hamlin, originaria de Ridgecrest, dijo que “ya estaba en vilo” cuando se presentó el segundo sismo. Ella y sus tres hijos pensaron que se trataba de otra réplica
“Pero empezó a sentirse más fuerte”, relató. “La televisión se cayó y quedó colgada del cable. Escuchamos cómo se rompía. Escuchamos vidrios rompiéndose en otras habitaciones, pero lo único que pudimos hacer fue quedarnos donde estábamos hasta que terminó”.
Dada la posibilidad de réplicas y de que las temperaturas alcancen los 38 grados Celsius (100° Fahrenheit) en los próximos días, las autoridades tomaron precauciones.
La Guardia Nacional de California enviará un contingente de 200 efectivos, apoyo logístico y aeronaves, dijo el general mayor David Baldwin.
La base Naval Air Weapons Station China Lake publicó en Facebook que el personal no esencial fue evacuado y que las operaciones se detuvieron. Los epicentros de ambos sismos se ubican dentro de la base, y las autoridades dijeron que continuarán evaluando los daños.
La Oficina de Servicios de Emergencia de California trajo catres, agua y comidas, e instaló centros para refrescarse en la región, dijo su director Mark Ghilarducci.
La policía de caminos estatal cerró un tramo de 48 kilómetros (30 millas) de la ruta estatal 178 entre Ridgecrest y el poblado de Trona, al suroeste de Death Valley, debido a un derrubio y a la presencia de cuarteaduras graves.