Hace unos años, Etiopía inició la construcción de la Gran Represa del Renacimiento, que podría tardar hasta cinco años en llenarse.
Esto levanta la controversia y Egipto teme que, Etiopía, en su afán por llenar la represa para generar electricidad, reduzca sensiblemente el flujo del afluente.
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“Etiopía no planea utilizar el agua con otros fines que no sean la producción de electricidad, lo que significa que el flujo río abajo no se verá afectado. El problema, sin embargo, es el llenado de la GRRE, que afectará fuertemente el flujo, así que tiene que hacerse con mucho cuidado', Dan-Erik Andersson, profesor de Estudios de Derechos Humanos en la Universidad de Lund
Reducir el flujo del agua para llenar la infraestructura, sin duda alguna podría causar el enfrentamiento entre Egipto, Sudán y Etiopií, si el proyecto no hace que los tres países lleguen a un consenso.
En octubre de 2019, los indicios de una posible tensión se evidenció cuando el líder del gobierno egipcio, Abdul Fattah al Sisi, dijo que las conversaciones para lograr acuerdos entre los tres países se habían 'estancado'.
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'Las negociaciones sobre la Gran Represa del Renacimiento se encuentran en un callejón sin salida', dijo Fattah al Sisi. Y parece, que hasta ahora, las cosas siguen igual.
Los problemas resurgen este 2020, luego de que Etiopía anunciara que se cumplió el objetivo que se había propuesto este año, llegar a los 4,900 millones de metros cúbicos de agua en el embalse.
Esto encendió las alarmas de de Egipto, quien no tiene claro si el agua acumulada fue de un resultado natural de la acumulación de agua por la construcción del embalse, o si se cerraron las compuertas para acelerar el proceso.
Aunque Etiopía ha mencionado que tiene derecho a los beneficios del río, El Cairo exige que se defina un mecanismo legal por el que Etiopía se comprometa a cumplir a tomar ciertas medidas en caso de que produzca una sequía y, eventualmente, se someta a sanciones si incumple.
Aunque Sudán apoya a Egipto en sus decisiones con el río, esta vez las cosas podría cambiar ya que se beneficiaría en la compra de energía hidroeléctrica barata y que la represa pueda ayudar a prevenir inundaciones y a regular el caudal del río.
Por su parte, Egipto y Etiopía tendría que buscar una salida, ya que estás naciones además de este problema del agua han tenido choques de intereses que se traduce en una disputa de poder.
En la última década, Etiopía, Egipto y Sudán participaron de distintas rondas de negociación para llegar a un acuerdo sobre la administración de la represa, pero ninguna dio resultado. Este lunes habrá un nuevo encuentro para discutir el asunto, organizado por la Unión Africana. Nadie es demasiado optimista.
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