Contrario a lo que le dijeron a los padres para tranquilizarlos y a los medios, y que el mundo creyó, los chicos no aprendieron a bucear tras una breves prácticas en la cueva.
El mundo entero estuvo expectante tras conocerse que doce chicos y su entrenador había quedado atrapados en una cueva inundada, pasaron los días y la esperanza de hallarlos con vida desaparecía hasta que por fin fueron localizados.
Fueron 17 días de angustia hasta que estos pudieron ser sacados del lugar. Débiles y ya perdiendo el oxígeno en la cueva había que sacarlos si o sí.
La decisión no fue fácil, si no los sacaban morirían y si los sacaban podrían morir en el intento.
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Los expertos buceadores, entre ellos el doctor Pak y de tres SEAL de las fuerzas especiales tailandesas, pidieron inmunidad diplomática para no ser juzgados por si algo salía mal, informa Infobae.
Pero, '¿Cómo sacarlos a través de estrechos túneles llenos de barro y con visibilidad casi nula?
Primero los tuvieron que cedar, para ello fueron llamados dos buceadores australianos de gran experiencia, el doctor Richard Harris, un anestesiólogo conocido como el Dr. Harry, y un compañero de buceo Craig Challen, veterano retirado.
Aún así creían que las drogas no funcionarían, además debían permanecer cedados por tres horas que era el tiempo necesario para recorrer la cueva hasta la salida.
Luego de drogar a cada menor les pusieron máscaras de oxígeno en sus caras, sellarlas con silicona para que no se desprendieran y finalmente dejar que los buzos los cargaran hasta la salida.
Afortunadamente, el rescate fue todo un éxito y los 12 menores sobrevivieron al igual que su entrenador.