El ataque iraní se dio en represalia por el bombardeo estadounidense con dron cerca del aeropuerto de Bagdad que cobró la vida de un alto comandante iraní, el general Qassem Soleimani, hecho que generó promesas de venganza.
Personal de The Associated Press que recorría la base Ain al-Asad el lunes vio cráteres enormes en el piso y camiones militares dañados así como maquinaria retirando escombro y cargándolo a camiones en un área de gran tamaño. Soldados estadounidenses inspeccionaron las unidades móviles de vivienda destruidas y quemadas por el ataque con misiles.
VEA: Estados Unidos no cree que habrá más represalias de Irán
La base aérea en la provincia de Anbar del oeste de Irak es un complejo en expansión a unos 180 kilómetros (110 millas) al oeste de Bagdad que es compartido con las fuerzas militares iraquíes y en el que viven aproximadamente 1,500 elementos del ejército estadounidense y de la coalición encabezada por Estados Unidos que lucha contra el grupo Estado Islámico.
La base sufrió un ataque iraní con misiles el miércoles, la ofensiva más directa de Irán hacia Estados Unidos desde la toma en 1979 de la Embajada estadounidense en Teherán. El ataque causó temores de una guerra más extensa en Medio Oriente, si bien ambas partes han indicado luego del incidente que no buscarían más represalias, al menos a corto plazo.
Estados Unidos ha asegurado que en el ataque iraní no murieron ni resultaron heridos soldados estadounidenses.
“Más de 10 misiles largos fueron disparados y el impacto causó daños en varias áreas a lo largo del campo de aviación”, detalló el coronel Myles Caggins, un vocero de la coalición liderada por Estados Unidos que combate con militantes del Estado Islámico en Irak y Siria.
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