El transbordador espacial estadounidense Endeavour inició su viaje final a una velocidad totalmente inusual para lo que está acostumbrado, 3.2 kilómetros por hora, en un recorrido meticulosamente planeado por las calles de Los Ángeles.
Unos 400 árboles fueron cortados (lo cual provocó protestas de algunos vecinos), y varias líneas de electricidad debieron apagarse para dejar paso al vehículo de 78 toneladas en su desfile de 19 kilómetros y dos días de duración hasta el museo estatal California Science Center.
La enorme nave espacial de color blanco, comenzó su movimiento al inicio de la tarde del viernes, dando la impresión de ser un gigantesco crucero transoceánico que atravesaba de manera surrealista el paisaje urbano compuesto en su mayoría por edificios de baja altura de Los Ángeles.
'Es estupendo ver una nave espacial en la calle', declaró un espectador al canal local de televisión KCAL 9, que emite en directo la retransmisión de la lenta procesión del transbordador por los largos bulevares de la ciudad llenos de observadores.
El transbordador, que viajó más de 185 millones de kilómetros en su carrera de dos décadas, aterrizó en el aeropuerto internacional de Los Ángeles (LAX), hace tres semanas adosado a un Boeing 747 especialmente acondicionado para la ocasión.
Desde entonces ha permanecido en el hangar del aeropuerto. Aunque salió de su refugio la noche del jueves para su trayecto, aún a riesgo de producir caos en el tráfico antes de llegar a su destino final el sábado.
Para el viaje, el transbordador fue montado en un soporte de alta tecnología especialmente diseñado para la ocasión, aunque en ciertos puntos serán necesarios giros ajustados que lo acercarán a apenas centímetros de algunos edificios.
'Estamos listos para un gran comienzo', dijo el jefe del California Science Center, Jeffrey Rudolph. 'Todo se está cumpliendo según lo planificado, exactamente como esperábamos. Tenemos todavía un gran camino por delante, pero este es un movimiento extremadamente complejo -en el que trabajan muchas personas- y realmente lo apreciamos', añadió.
Una vez en movimiento los organizadores caminaban por delante de la lenta bestia, que pesa lo mismo que 30 elefantes, con megáfonos para hacer sonar la alarma si alguna parte de la nave corre el riesgo de golpear algo.
El transportador dirigido por computador consiste en cuatro unidades separadas y equipadas con ruedas, que pueden operar de manera independiente su carga en caso de dificultad en algunas de las esquinas.
El excomandante del transbordador Mark Kelly, que fue capitán del vuelo final del Endeavour, afirmó que esperaba que éste se convierta en la inspiración para una generación futura de astronautas.
'Quizá algún día alguno de estos chicos que mira el Endeavour, y lo observa en el California Science Center, será la persona que camina en el planeta Marte', dijo a la cadena CNN, añadiendo: 'Eso sería algo fantástico'.
Luego del cierre del programa de transbordadores espaciales de la NASA el año pasado, después de 30 años de servicio, varias ciudades de Estados Unidos se pelearon por hospedar alguno de los transbordadores.
Enterprise, el prototipo que nunca voló al espacio, se exhibe de forma permanente en la pista de aterrizaje del portaaviones 'Intrepid' del Museo del Aire y el Espacio de Nueva York.
El Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida (sureste), albergará el Atlantis, mientras que el Discovery fue llevado al Centro Steven F. Udvar-Hazy, un anexo del Museo Nacional del Aire y del Espacio en Virginia, cerca de la capital federal.
Durante los 30 años de servicio, dos de los cinco transbordadores activos de la flota fueron destruidos en tragedias: el Challenger en 1986, poco después de su lanzamiento, y el Columbia en 2003, cuando regresó a la atmósfera.