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Tras pedir disculpas, el Papa visita un lugar sagrado para los amerindios en Canadá

El soberano pontífice, que pidió el lunes disculpas históricas por el daño hecho a los amerindios, también solicitó a la Iglesia preferir “la verdad” a la “defensa de la institución” durante el desplazamiento al lago Sainte Anne, en el oeste de Canadá
27.07.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Después de las disculpas viene el camino de la “sanación” hacia un “nuevo inicio”: el Papa Francisco se reunió nuevamente el martes con indígenas canadienses en el mayor lugar de peregrinaje de sus comunidades.

El soberano pontífice, que pidió el lunes disculpas históricas por el daño hecho a los amerindios, también solicitó a la Iglesia preferir “la verdad” a la “defensa de la institución” durante el desplazamiento al lago Sainte Anne, en el oeste de Canadá.

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Su viaje de seis días en el país, presentado como un “peregrinaje penitenciario”, es ampliamente dedicado a las poblaciones indígenas, marcadas por décadas de política de asimilación forzada, y en particular por el sistema de internados para niños organizado en buena medida por la Iglesia católica.

Durante su discurso, el papa insistió ante 10.000 personas confiar a Dios “los traumas de violencias sufridas por nuestros hermanos y hermanas indígenas”.

“En este lugar bendito, en donde reinan la armonía y la paz, te presentamos las desarmonías de nuestra historia, los efectos terribles de la colonización, el dolor inextinguible de tantas familias, de abuelos y de niños. Ayúdanos a sanar nuestras heridas”, declaró.

Entre la multitud que le aclamó desde que apareció, numerosos asistentes lucían la playera naranja de los sobrevivientes de los internados. Otros, la ropa tradicional indígena de colores vivos, con un tocado para los jefes.

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El líder espiritual de 1,300 millones de católicos llegó en silla de ruedas al son de los tambores y cantos tradicionales aborígenes, pero pareció debilitado por sus dolores en la rodilla. Sin embargo, saludó ampliamente a los presentes y bendijo y abrazó a los bebés, como es su costumbre.

Luego permaneció en silencio unos instantes en las riberas del lago, antes de bendecir el agua en la que los peregrinos se bañan cada año por sus virtudes curativas.

“No quería venir pero cambié de opinión. Es histórico que esté aquí, en este lugar santo en donde nos reunimos desde hace generaciones”, declaró a la AFP Cindy Dearhead, sobreviviente de los internados de 58 años.

“Lastimosamente es un poco tarde porque mucha gente falleció”, lamentó, aunque espera que los sobrevivientes tengan “el perdón en su corazón”.

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