New Hampshire, Estados Unidos
Los republicanos esperan que, a fuerza de metidas de pata, el circo de Donald Trump esté llegando a su fin.
A pesar de las condenas generalizadas a los comentarios del magnate sobre los inmigrantes mexicanos y su cuestionamiento de la condición de héroe del senador John McCain, sin embargo, los partidarios de Trump están más entusiasmados que nunca. Y le va sorpresivamente bien en las encuestas luego de que nadie diese dos centavos por sus posibilidades de conseguir la nominación republicana a la presidencia.
“Me encanta que lo critiquen tanto porque eso lo ayuda”, declaró Frank Candelieri, de 89 años, al comentar las reacciones negativas a las declaraciones de Trump.
Trump rechazó el sábado la noción de que McCain es un héroe porque pasó cinco años como prisionero de guerra en Vietnam, diciendo que prefería “la gente que no se dejaba capturar”. Como prisionero de guerra McCain fue torturado y se negó a ser liberado antes que sus compañeros.
Los comentarios de Trump fueron ampliamente criticados y numerosas agrupaciones de veteranos de guerra y dirigentes republicanos salieron en defensa de McCain.
“Si alguien piensa que John y los otros prisioneros de guerra no estuvieron a la altura de las circunstancias y no pueden ser considerados héroes, no debería ser comandante en jefe” de las fuerzas armadas, afirmó el lunes el senador Lindsay Graham, otro aspirante republicano a la presidencia.
Las reacciones de los distintos sectores del Partido Republicano reflejan la discordia que reina en sus filas a medida que una enorme cantidad de aspirantes se lanzan a la campaña electoral. Ya hay 15 aspirantes y se espera que esta semana se sume uno más.
Trump ya había desatado otra tormenta en junio al decir que algunos inmigrantes mexicanos traen drogas y cometen delitos en Estados Unidos y que algunos son violadores.
Los líderes republicanos no ocultan su frustración por el hecho de que los comentarios de Trump acaparen toda la atención en las internas partidarias.
Alcaldía de New York le da la espalda
Las últimas controvertidas declaraciones han sido la gota que colmó el vaso para Nueva York, que ha decidido dar la espalda a su hijo pródigo.
Luego de que Trump cargase contra los inmigrantes ilegales mexicanos y cuestionase a McCain, el alcalde demócrata Bill de Blasio indicó el lunes que la ciudad no hará más negocios con el magnate inmobiliario.
“Donald Trump no representan la opinión de la gente de esta ciudad. Ciertamente no la de la mayoría”. Sin embargo, no podrá interrumpir los contratos en vigencia.