Trump se sentó con Lavrov en un momento en el que hay mucho drama en Washington, sólo horas después de que los demócratas de la Cámara de Representantes anunciaran cargos para someter a Trump a juicio político por sus tratos con Ucrania, un aliado de Estados Unidos que batalla contra la agresión de Rusia.
Al centro de la pesquisa del juicio político está la pregunta de si Trump retuvo apoyo militar y condicionó una reunión en la Casa Blanca con el presidente ucraniano a cambio de que Kiev investigara al rival demócrata de Trump, Joe Biden.
Los opositores de Trump dicen que está siendo demasiado amigable con el gobierno de Rusia y no están de acuerdo en que elogie públicamente al presidente ruso Vladimir Putin, particularmente dada la interferencia de ese país en la elección presidencial de Estados Unidos de 2016. Trump insiste en que necesita tener tratos con Moscú y que los dos países pueden cooperar en varios frentes, incluida la lucha contra el terrorismo.
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La reunión entre Trump y Lavrov también sucedió un día después de que el supervisor del Departamento de Justicia dijera que el FBI abrió justificadamente una investigación sobre los vínculos entre la campaña presidencial de Trump y Rusia. Desde hace mucho, Trump dice que la investigación es una cacería de brujas y que el FBI nunca debió iniciarla.
La Casa Blanca dijo tras la reunión con Lavrov que Trump advirtió a Rusia que no interfiera en las elecciones de Estados Unidos y la exhortó a resolver el conflicto con Ucrania. Horas después, en conferencia de prensa en la embajada rusa en Washington, Lavrov reconoció que habló sobre la interferencia en las elecciones con el secretario de Estado, Mike Pompeo, pero que no surgió el tema en su reunión con Trump. “No hemos estado hablando precisamente de elecciones”, dijo Lavrov.