Las imágenes que han circulado en las redes sociales y que han sido replicadas por los medios de comunicación permitieron a muchas compañías identificar a los violentos partidarios que quebrantaron la seguridad de uno de los edificios más emblemáticos de la democracia norteamericana.
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Uno de ellos fue un abogado identificado como Paul Davis, quien en las escalinatas del congreso estadounidense vociferaba su intención de entrar por la fuerza al edificio e interrumpir la sesión de la Cámara de Representantes en donde se oficializó la victoria de Joe Biden.
Goosehead Insurance, la firma para la cual trabajaba, decidió cesarlo de inmediato luego de que se hiciera viral un mensaje suyo en redes sociales en donde apuntaba que “todos intentamos entrar al Capitolio para frenar esto”.
Otra de esas empresas que decidió despedir a empleados involucrados en las revueltas fue Navistar, ubicada en Maryland. Uno de sus trabajadores fue captado en el Capitolio con una identificación corporativa. El hombre estaba a la par de Jake Angeli -conocido como Q-Shaman- el activista vestido como un nativo siux y que acaparó la atención mundial con su peculiar vestuario.
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Al ver las imágenes Navistar no dudó en despedir al hombre, argumentando que “si bien apoyamos el derecho de todos los empleados al ejercicio pacífico y legal de la libertad de expresión, cualquier empleado que demuestre una conducta peligrosa que ponga en peligro la salud y seguridad de otros ya no tendrá una oportunidad de empleo”.
Por su parte, Rick Saccone, originario de Pensilvania, estuvo presente en las puertas del Capitolio. Su acción le costó su puesto como profesor del Saint Vincent College, donde laboró por 21 años.
