Incluso en un momento en que la mayoría de la gente vacunada celebra el regreso a unas actividades de vida casi similares a las que realizaba antes de la pandemia, millones de personas que toman medicamentos inmunosupresores por trasplantes, cáncer u otras enfermedades siguen en el limbo, sin saber qué tan protegidos están. Es más difícil que las vacunas logren fortalecer a un sistema inmunológico débil.
El estudio del lunes sólo incluyó a 30 pacientes de trasplante, pero es un paso importante para saber si las dosis de refuerzo podrían ser útiles.
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No ayudaron a todos. Pero de los 24 pacientes que parecían no estar protegidos después de las dos dosis de rutina, ocho de ellos —una tercera parte— desarrollaron algunos anticuerpos contra el virus tras una dosis adicional, reportaron investigadores de la Universidad Johns Hopkins en la revista Annals of Internal Medicine. Y otros seis que sólo tenían una cantidad mínima de anticuerpos también recibieron un gran impulso con la tercera dosis.
“Es muy alentador”, comentó el doctor Dorry Segev, un cirujano de trasplante de órganos de la Universidad Johns Hopkins que participó en el estudio. “El hecho de que alguien sea totalmente negativo tras dos dosis no significa que no haya esperanza”.
A continuación, en un trabajo conjunto con los Institutos Nacionales de la Salud, el equipo de Segev tiene esperanzas de iniciar una prueba más rigurosa de una tercera dosis administrada a 200 receptores de trasplantes de órganos este verano.
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Para los receptores de trasplantes, poderosos medicamentos inmunosupresores evitan que rechacen sus órganos nuevos, pero también los dejan sumamente vulnerables al coronavirus. Fueron excluidos de las primeras pruebas de las vacunas contra el COVID-19, pero los médicos pidieron que fueran inoculados con la esperanza de obtener al menos cierta protección.
Algunos sí se benefician. El equipo de la Universidad Johns Hopkins probó recientemente las vacunas en 650 receptores de trasplantes de órganos y halló que el 54% tenía anticuerpos que combatían el virus después de recibir las dos dosis de las vacunas desarrolladas por Pfizer y Moderna, aunque en general era menos de lo que se vio en personas sanas vacunadas.
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No es una preocupación exclusiva para las personas que recibieron un trasplante. Un estudio de pacientes con artritis reumatoide, lupus y otros trastornos autoinmunitarios encontró que el 85% desarrolló anticuerpos, dijo el doctor Alfred Kim, de la Universidad de Washington en San Luis. Pero los que tomaban determinados tipos de fármacos inmunosupresores produjeron niveles drásticamente inferiores que son motivo de preocupación.
En ocasiones, los médicos administran dosis adicionales de otras vacunas, como la de la hepatitis B, a personas con sistemas inmunológicos débiles.
Por ahora, “la mejor forma de proteger a estas personas es que otras se vacunen” de forma que tengan menos probabilidades de estar expuestas al coronavirus, dijo el doctor Alfred Kim de la Universidad de Washington en San Luis.
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