Anya Taylor-Joy se sumerge en la furia de “Furiosa”, de saga Mad Max

Para prepararse para el papel, Taylor-Joy se sometió a intensos entrenamientos físicos y emocionales, retos que le permitieron profundizar en el personaje

Anya Taylor-Joy presionó para incluir un grito revelador de la ira del personaje principal en “Furiosa: de la Saga Mad Max”.

mié 22 de mayo de 2024 a las 21:42

Por Kyle Buchanan / The New York Times

LOS ÁNGELES — No hay nada normal al hacer una película de “Mad Max”, y Anya Taylor-Joy lo sabía cuando firmó para estelarizar “Furiosa: de la Saga Mad Max”, la película más reciente de la serie de acción de George Miller.

“Quería ser puesta en una situación in extremis en la que no tuviera más remedio que crecer”, dijo. “Y así fue”.

Las pruebas de fuego no arden mucho más que la conflagración que consumió “Mad Max: Furia en el Camino” (2015), la cinta anterior de la franquicia. Los ejecutivos del estudio la cancelaron varias veces porque temían que estuvieran cometiendo un error de gran presupuesto. Y los constantes choques entre Tom Hardy y Charlize Theron, dos de sus estrellas, en el remoto desierto de Namibia requirieron una intervención externa.

Aun así, “Furia en el Camino” fue aclamada desde su estreno como una de las mejores películas de acción jamás realizadas; ganaría seis premios Oscar. Su éxito allanó el camino para la precuela “Furiosa”, que presenta a Taylor-Joy, de 28 años, como una versión más joven de la guerrera de Theron.

Sacada de su casa por bandidos, Furiosa crece entre dos captores, el psicópata Dementus (Chris Hemsworth) y el señor de la guerra Immortan Joe (Lachy Hulme). Ella se esfuerza por sobrevivir el tiempo suficiente para escapar, ansiosa por vengarse.

Bajo la grasa que Furiosa se unta en la cara como si fuera pintura de guerra, los ojos muy abiertos de Taylor-Joy arden con justa ira. Para hacer suya a Furiosa, se permitió pasar por retos físicos y emocionales durante seis meses y medio.

Aunque ha trabajado de manera constante desde su revelación cinematográfica en “La Bruja” (2016), el perfil de Taylor-Joy se elevó vertiginosamente hace cuatro años cuando interpretó a una prodigio del ajedrez en la exitosa serie limitada de Netflix “Gambito de Dama”. El director Edgar Wright, que trabajó con ella en “El Misterio de Soho” (2021), la recomendó a Miller. “Un actor puede desaparecer por completo, pero una estrella de cine puede hacerlo y también tener conciencia de la cámara de la misma manera que lo harían Marlene Dietrich, Greta Garbo o Cary Grant”, dijo. “Anya tiene mucho de esa potencia de estrella de Hollywood de antaño”.

“Furiosa” le pidió más de lo que jamás había dado a un papel. Los personajes se veían constantemente empujados a sus límites y el rodaje, en Australia, requirió que las estrellas habitaran un espacio muy intenso durante largos periodos.

“Lo que te piden que profundices y muestres emocionalmente es agotador”, dijo Hemsworth, quien elogió a Taylor-Joy.

Prepararse para “Furiosa” incluyó andar en motocicleta, entrenamiento de fuerza y conducción acrobática. Taylor-Joy había temido que la coreografía de acción fuera la parte más difícil, pero descubrió que encajaba perfectamente con su perfeccionismo.

“Quiero comenzar 100 por ciento diciendo que amo a George y que si vas a hacer algo como esto, querrás estar en manos de alguien como George Miller”, dijo. “Pero él tenía una idea muy, muy estricta de cómo era el rostro de guerra de Furiosa, y eso sólo me permitió mis ojos durante gran parte de la película. Fue en gran medida ‘boca cerrada, cero emoción, habla con los ojos’”.

“Cuando tienes a alguien con mucho adentro y guardan silencio, el público capta muchas cosas”, aseguró Miller.

Taylor-Joy aún sentía que Furiosa merecía una erupción.

“Soy una firme defensora de la ira femenina”, dijo. “Hay un grito en esa película, y no bromeo cuando les digo que luché tres meses por ese grito”.

© 2024 The New York Times Company

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