Ciudad de México al borde de la crisis por escasez de agua

La Ciudad de México enfrenta una crisis de agua debido a una combinación de factores como el cambio climático, la expansión urbana y mala infraestructura

Niños ayudan a llenar barriles de agua del reparto semanal de agua en su barrio de la Ciudad de México.

mié 22 de mayo de 2024 a las 21:31

Por James Wagner, Emiliano Rodríguez Mega y Somini Songupta/ The New York Times

CIUDAD DE MÉXICO — Una colisión de cambio climático, expansión urbana y mala infraestructura ha llevado a la capital mexicana al borde de una crisis de agua. El agua freática está desapareciendo. El año pasado fue el más caluroso y seco de México en al menos 70 años. Y uno de los principales sistemas de agua de la Ciudad enfrenta un potencial “Día Cero”, cuando ya no proporcionará agua.

“Estamos sufriendo porque la Ciudad está creciendo desmesuradamente y no hay forma de detenerlo”, dijo Gabriel Martínez, de 64 años, que vive en un complejo de departamentos que batalla por obtener suficiente agua para sus aproximadamente 600 residentes.

La Ciudad de México, alguna vez un valle rico en agua que fue drenado para dar paso a una gran ciudad, tiene una población metropolitana de 23 millones, entre las 10 más grandes del mundo. Es una de varias ciudades importantes que enfrentan una grave escasez de agua, muchas de ellas como consecuencia de años de mala gestión del agua, agravada por la escasez de lluvias. Y si bien los problemas de la Ciudad de México están empeorando, no son nuevos. Los expertos advirtieron hace casi 20 años de la disminución del suministro de agua, pero fue en vano.

“México es el mercado más grande del mundo para agua embotellada”, dijo Roberto Constantino Toto, quien dirige la oficina de investigación del agua de la Universidad Autónoma Metropolitana en Ciudad de México. Es un reflejo, añadió, “del fracaso de nuestra política hídrica”.

México tiene mucho tiempo de ser vulnerable a las sequías, pero casi el 68 por ciento del país sufre sequía moderada o extrema, reporta la Comisión Nacional del Agua. El sistema de agua de Cutzamala —una de las redes de presas, canales y tuberías más grandes del mundo que suministra el 27 por ciento del agua de la Capital— se encuentra en un nivel históricamente bajo del 30 por ciento de su capacidad normal. Los funcionarios han proyectado el 26 de junio como el Día Cero, cuando el sistema Cutzamala podría caer a la línea base del 20 por ciento, donde ya no puede ser explotado. El nivel del agua en un embalse cayó tan bajo que los funcionarios suspendieron su uso en abril.

El agua freática, que suministra la mayor parte del agua de la Ciudad, es extraída dos veces más rápido de lo que se repone, dijeron los expertos. El agua fluye a través de tuberías viejas a lo largo de una red de 12 mil 800 kilómetros de longitud vulnerable a terremotos y hundimientos, y donde las fugas han causado una pérdida estimada del 35 por ciento.

El agua se ha convertido en un tema antes de las elecciones del próximo mes. El Presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyos asesores han dicho que el Día Cero no sucederá, ha insistido en que su Gobierno está abordando los problemas. Ha propuesto traer más agua desde fuera de la Ciudad.

Claudia Sheinbaum, la protegida de López Obrador, que renunció como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México el año pasado para convertirse en la principal candidata presidencial, ha defendido su manejo de la crisis.

Algunas zonas de Ciudad de México llevan mucho tiempo sin agua potable suficiente, incluyendo Iztapalapa, una comunidad de clase trabajadora y el distrito más poblado de la capital con 1.8 millones de habitantes. Los residentes dependen de camiones cisterna municipales para llenar cisternas o tinacos. Pero a medida que el agua es cada vez más escasa, nuevas zonas enfrentan racionamiento: 284 barrios este año, incluidos algunos más prósperos, en comparación con 147 en el 2007.

“Distritos que nunca han sufrido problemas de agua en su vida tendrán que aprender lidiar con ello”, dijo Adriana Gutiérrez, de 50 años, quien administra un complejo de departamentos de 154 unidades en Iztapalapa que depende de camiones cisterna.

No hay evidencia de que la sequía sea atribuible al cambio climático. Pero los efectos empeoran con el aumento de las temperaturas. La temperatura promedio de la Ciudad de México aumentó alrededor de 3 grados centígrados en el último siglo, más del doble del promedio mundial.

El más reciente Atlas de Riesgos Hídricos, publicado por el Instituto de Recursos Mundiales, describe que la Ciudad de México enfrenta un estrés hídrico “extremadamente alto”, su categoría más alta.

La advertencia del Día Cero ha ayudado a llamar la atención del público al problema. Lizbeth Martínez García, de 26 años, quien vive en Iztapalapa, donde un camión cisterna semanal llena los tanques que abastecen su edificio, dijo haberle preguntado al repartidor sobre el futuro. Él le dijo que el futuro significaba aún menos agua.

“Tenemos miedo”, dijo.

Notas Relacionadas