¿El Covid se volvió preocupante tras nuevos casos?

Por Emily Baumgaertner/ The New York Times

Jason Moyer estaba a días de un viaje familiar por carretera para visitar a sus padres cuando su hijo de 10 años se despertó con fiebre y tos

¿Covid? La perspectiva amenazaba con trastornar los planes de la familia.

“Hace seis meses, habríamos hecho la prueba de Covid”, dijo Moyer, de 41 años, de Ohio. Esta vez no lo hicieron.

En lugar de ello, comprobaron que la tos del niño estaba mejorando y que su fiebre había desaparecido —y partieron a Nueva Jersey.

En el quinto verano de Covid, los casos están aumentando. En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han informado de niveles “altos” o “muy altos” del virus en las aguas residuales de casi todos los Estados. La tasa de hospitalizaciones es casi el doble de lo que era en esta época el verano pasado, y las muertes, a pesar de haber disminuido casi 75 por ciento con respecto a lo peor de la pandemia —son el doble de lo que fueron esta primavera. Pero para muchos, el Covid se ha normalizado tanto que ya no lo ven como un motivo para alterar las rutinas sociales, laborales o de viaje. Las ventas de kits de prueba se han desplomado. El aislamiento después de una exposición es cada vez más raro. Los cubrebocas —alguna vez un símbolo omnipresente de un aumento en Covid— escasean, incluso en aeropuertos, estaciones de tren y metros abarrotados.

“Ya ni siquiera sé cuáles son las reglas y recomendaciones”, dijo Andrew Hoffman, de 68 años, de Mission Viejo, California, quien sufrió síntomas respiratorios hace unas semanas después de que su esposa dio positivo por Covid. No fue a la sinagoga, pero sí al supermercado.

Los epidemiólogos dijeron que no respaldan un enfoque indiferente, particularmente para quienes pasan tiempo con personas mayores y aquellos que están inmunocomprometidos. Todavía recomiendan quedarse en casa un par de días después de una exposición y recibir los refuerzos de vacunas recién autorizados. Pero dijeron que si bien los casos de Covid son altos, menos hospitalizaciones y muertes durante los picos son señales de una creciente inmunidad —evidencia de que una combinación de infecciones leves y refuerzos de vacunas están marcando el comienzo de una nueva era. Durante mucho tiempo han predicho que el Covid con el tiempo se volvería endémico.

“Si le preguntas a seis epidemiólogos qué significa ‘endémico’, probablemente obtendrás unas 12 respuestas”, dijo Bill Hanage, director asociado del Centro para la Dinámica de Enfermedades Transmisibles en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard. “Pero definitivamente tiene una especie de definición social —un virus siempre presente”.

Para los grupos vulnerables, el virus siempre presentará un mayor riesgo de infección grave y muerte. El Covid prolongado, un síndrome multifacético, ha afectado a al menos 400 millones de personas en todo el mundo, estimaron recientemente investigadores, y la mayoría de los que lo han padecido ha dicho que aún no se recupera.

Pero los CDC decidieron este año retirar sus pautas de 5 días de aislamiento por Covid y, en su lugar, incluir a Covid en sus pautas para otras infecciones respiratorias, diciendo a las personas con síntomas que se queden en casa 24 horas después de que desaparezca la fiebre.

La ausencia de directrices estrictas ha dejado que las personas manejen sus propios riesgos.

Diane Deacon, de 71 años, de Saginaw, Michigan, dijo que dio positivo a Covid tres días después de un viaje a Portugal con sus hijas adultas. Se aisló durante cinco días antes de volar a casa con cubrebocas.

“Varias personas me preguntaron: ‘¿Por qué te hiciste la prueba? Podrías haber seguido con tus vacaciones’”, dijo.

Para Deacon, se trataba de anticipar las personas vulnerables en su vuelo de regreso a casa.

En una encuesta realizada por Gallup esta primavera, alrededor del 59 por ciento de los encuestados dijo creer que la pandemia había “terminado” en EU, y la proporción de personas que dijo sentirse preocupada por contraer Covid tiene dos años de estar disminuyendo. Eso podría ser el resultado de experiencia personal: alrededor del 70 por ciento de las personas dijo ya haber pasado por una infección de Covid.

Si las Olimpiadas fueran un barómetro, el resto del mundo parece haberse relajado también. En Tokio 2021 hubo muestras de saliva diarias, divisores de plexiglás entre los asientos de la cafetería y no hubo espectadores. En Beijing en el 2022, las condiciones eran prácticamente las mismas. Pero en julio en París no había requisitos de prueba ni procesos para reportar infecciones. Hubo choques de manos, abrazos grupales y multitudes. Al menos 40 deportistas dieron positivo, así como un número indeterminado de espectadores.

Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Minnesota, dijo que el virus sigue siendo impredecible y que las variantes siguen evolucionando mucho más rápido que las variantes de la influenza.

Eso, combinado con una inmunidad menguante, apunta a un virus que aún evade nuestra comprensión en el contexto de una psicología colectiva que está lista para darle vuelta a la página. Incluso en una reunión de 200 expertos en enfermedades infecciosas celebrada en Washington el mes pasado (muchos de más de 65 años) pocos llevaban cubrebocas.

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