Por Adam Rasgon y Aaron Boxerman / The New York Times
JERUSALÉN — Hazem Isleem, un trailero palestino, atravesaba en noviembre las ruinas del sur de la Franja de Gaza con un camión cargado de ayuda humanitaria cuando saqueadores armados le tendieron una emboscada a su convoy.
Uno de los pistoleros irrumpió en su camión, obligándolo a conducir hasta un campo cercano y descargar más de una tonelada de harina, recordó.
A la mañana siguiente, los asaltantes se habían llevado prácticamente todas las provisiones del convoy de unos 100 tráileres de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas, suficientes para alimentar a decenas de miles de palestinos hambrientos.
“Fue aterrador”, dijo Isleem, de 47 años, a quien los asaltantes retuvieron durante 13 horas mientras saqueaban la harina.
El bombardeo e invasión de la Franja de Gaza por parte de Israel en respuesta al ataque encabezado por Hamas del 7 de octubre del 2023 ha desatado una crisis humanitaria, con más de 45 mil muertos, reportan funcionarios de salud locales. El hambre es generalizada, e Israel ha restringido la entrada de ayuda a Gaza y bloqueado el movimiento de camiones de ayuda humanitaria entre el norte y el sur.
Aunque Hamas ha sido derrotado aplastantemente en gran parte del territorio, Israel no ha establecido un Gobierno alternativo. En partes del sur de Gaza, grupos armados han llenado el vacío de poder, al provocar que grupos de ayuda humanitaria no estén dispuestos a correr el riesgo de entregar provisiones.
En Kerem Shalom, el principal cruce fronterizo entre Israel y el sur de Gaza, se han ido acumulando cientos de camiones cargados de ayuda, en parte porque grupos humanitarios temen que sean saqueados.
Lo que comenzó como intentos a menor escala de apoderarse de la ayuda —a menudo por parte de habitantes hambrientos de la Franja de Gaza— ahora se ha convertido en “saqueos sistemáticos, tácticos y armados” por parte de grupos del crimen organizado, afirmó Georgios Petropoulos, un alto funcionario de la ONU radicado en la Ciudad de Rafah, en el sur de Gaza.
Las bandas están robando harina, aceite y otros productos y vendiéndolos a precios astronómicos, dicen grupos de ayuda y residentes.
En las últimas semanas, Israel ha permitido que algunos camiones de ayuda humanitaria circulen a lo largo de la frontera de Gaza con Egipto, una nueva ruta totalmente controlada por el Ejército israelí. Agencias de la ONU han podido evitar a los saqueadores y entregar algo de ayuda. Pero eso no ha sido suficiente para abordar el déficit de ayuda, señalan grupos humanitarios y residentes.
Hasta hace poco, las fuerzas israelíes en gran medida no enfrentaban a los saqueadores a menos que estuvieran afiliados a Hamas u otros grupos milicianos, revelan funcionarios de la ONU. Pero Shani Sasson, una vocera de la agencia militar israelí que regula la ayuda humanitaria a Gaza, aseguró que las fuerzas israelíes ahora estaban poniendo en la mira a saqueadores armados, no sólo a los afiliados a Hamas.
A fines de noviembre, fuerzas israelíes abrieron fuego contra saqueadores que aguardaban para interceptar camiones en Rafah, obligándolos a retirarse, indica un memorándum interno de la ONU. Con el camino libre, los tráileres de ayuda de la ONU se enfilaron apresuradamente al centro de Gaza.
Sin embargo, las bandas pronto se reagruparon y los secuestraron en la carretera, añadió el memorándum de la ONU. Los camiones fueron saqueados por completo.
Abu Bakr Bashir y Bilal Shbair contribuyeron con reportes.
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