Secuelas del Covid-19: ¿cómo cambia el cuerpo incluso después de curarse?

El Covid-19 puede causar efectos duraderos en pulmones, intestino, corazón y cerebro, afectando a millones con síntomas persistentes e inflamación

  • 22 de marzo de 2025 a las 21:19
Secuelas del Covid-19: ¿cómo cambia el cuerpo incluso después de curarse?

Por: Dani Blum, Nina Agrawal y Alice Callahan/ The New York Times

Cinco años —y cientos de millones de casos— después de que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia del Covid-19, los científicos están obteniendo una imagen más clara de cómo el virus puede afectar al cuerpo mucho después de que una infección parece haber pasado.

Se han necesitado años de investigación para empezar a comprender cómo un episodio de Covid puede llevar a cambios duraderos, a veces invisibles, en diferentes partes del cuerpo. Algunos de estos efectos, como la fatiga crónica y la niebla mental, son considerados Covid prolongado, definido como los síntomas de una infección que persisten durante al menos tres meses. Algunas estimaciones arrojan que 400 millones de personas en todo el mundo han sido diagnosticadas con Covid prolongado.

Ahora tenemos una mejor idea de lo que podría estar detrás de esos cambios, incluyendo el papel de la inflamación generalizada que el Covid puede causar. En la mayoría de las personas, la inflamación cederá una vez que desaparezca el virus. Pero en algunas personas, si se intensifica demasiado o persiste durante demasiado tiempo, puede causar estragos, dijo Braden Kuo, neurogastroenterólogo en el Hospital General de Massachusetts, en Boston.

El Covid-19 irrita los pulmones y puede causar problemas a largo plazo, como dificultad para respirar y tos persistentes. En casos raros, puede provocar neumonía y dejar cicatrices y pequeñas masas de tejido, llamadas nódulos, en los pulmones.

Estudios pequeños han sugerido que más del 10 por ciento de las personas hospitalizadas con Covid tenían cicatrices pulmonares y otros problemas dos años después. El virus invade las células a lo largo de las vías respiratorias, causando inflamación que, en ocasiones, puede destruir el tejido pulmonar sano. Esto puede afectar la capacidad de los pulmones para transportar oxígeno a todo el cuerpo, explicó Ziyad Al-Aly, epidemiólogo clínico senior de la Universidad de Washington, en St. Louis, Missouri. A medida que los pulmones intentan recuperarse, forman cicatrices. Pero el tejido cicatricial en sí puede endurecer los pulmones y reducir su capacidad, provocando síntomas persistentes como tos y dificultad para respirar.

El Covid también puede causar síntomas a corto plazo como náuseas, vómitos y diarrea. Sin embargo, en algunas personas puede provocar problemas crónicos, como reflujo, estreñimiento, diarrea y dolor abdominal. En un estudio del 2024, los investigadores estimaron que el Covid había dejado a hasta 10 por ciento de las personas con dolor abdominal persistente y 13 por ciento con problemas gastrointestinales un año después.

Los científicos desconocen precisamente por qué el Covid-19 puede alterar tanto la función intestinal normal —pero ahora está claro que el virus puede alterar el microbioma intestinal, reduciendo los microbios beneficiosos y aumentando los dañinos. Los microbios beneficiosos pueden ayudar a reducir la inflamación, mientras que los perjudiciales pueden aumentarla. La inflamación causada por la infección, así como la causada por la alteración de los microbios intestinales, podría dañar el revestimiento intestinal. Esto puede permitir que las toxinas y los componentes descompuestos de los alimentos se filtren a otros tejidos. Las células inmunológicas podrían entonces montar una respuesta tipo alergia a ciertos alimentos, provocando intolerancias alimenticias.

La inflamación también puede “carcomer” los nervios que indican dolor en el intestino o que controlan las contracciones intestinales que mantienen los alimentos en movimiento, dijo Kuo. Esto puede causar dolor o hacer que los alimentos se muevan demasiado rápido o demasiado lento por el tracto digestivo.

En el punto álgido de una infección, los pacientes a menudo desarrollan dolores de cabeza y pueden sentirse mareados y confundidos. A veces les cuesta encontrar las palabras adecuadas, tienen dificultad para concentrarse o descubren que tienen lagunas de memoria.

Los estudios han hallado que aproximadamente entre el 20 y el 30 por ciento de las personas infectadas con Covid experimentaron neblina mental al menos tres meses después de una infección inicial. La investigación también muestra que el Covid puede provocar afecciones como ansiedad o depresión, o exacerbar problemas de salud mental existentes.

Una infección por Covid-19 aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiacos, como infartos, accidentes cerebrovasculares, daño al músculo cardíaco y arritmias. Un amplio estudio reveló que tener Covid duplicaba el riesgo de sufrir un evento cardiovascular grave hasta por tres años.

© 2025 The New York Times Company

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