Trump, inspiración y objetivo de la violencia política creciente en EUA
Tras las polémicas declaraciones de Trump sobre inmigrantes, surgieron amenazas de violencia y un intento de tiroteo en un campo de golf suyo en Florida
- 20 de septiembre de 2024 a las 18:32
Por Peter Baker/ The New York Times
Washington.— Días después de que el expresidente Donald J. Trump vilipendió a los inmigrantes con historias falsas sobre haitianos comiéndose perros y gatos en una ciudad de Ohio, alguien comenzó a amenazar con hacer estallar escuelas, el Ayuntamiento y otros edificios públicos, provocando una ola de miedo.
Días después, dijeron las autoridades, un hombre que se describió en línea como un descontento ex partidario de Trump llevó un rifle semiautomático a uno de los campos de golf del expresidente en Florida, evidentemente con la intención de disparar. Solo se vio frustrado cuando un agente del Servicio Secreto lo vio y abrió fuego primero.
En menos de una semana, él otrora y posiblemente futuro comandante en jefe fue a la vez una aparente inspiración y un aparente objetivo de la violencia política que ha llegado a moldear la política estadounidense. Las amenazas de bomba y los intentos de asesinato se han convertido ahora en parte del panorama, impactantes, pero no tanto como para obligar a un verdadero ajuste de cuentas a nivel nacional.
“Una de las cosas que más me preocupa en este momento es la normalización de la violencia política en nuestro sistema político”, dijo el diputado Jason Crow, demócrata de Colorado y miembro de un grupo de trabajo bipartidista que investiga el intento de asesinato del 13 de julio contra Trump. “Ahora tenemos el segundo en la misma cantidad de meses, y eso demuestra hasta qué punto esto se ha vuelto generalizado”.
El Presidente Joseph R. Biden Jr. y la Vicepresidenta Kamala Harris emitieron declaraciones condenando el incidente más reciente, pero la campaña electoral continuó sin interrupciones. Cuatro horas después de que sacaron a Trump del club de golf, su equipo envió un correo electrónico a su lista de recaudación de fondos con un botón para hacer clic y hacer un donativo. “¡Mi determinación sólo es más fuerte después de otro atentado contra mi vida!”, dijo Trump en el correo electrónico.
Trump, que había culpado a los demócratas por el tiroteo en un mitin en Pensilvania que le causó una herida de bala en la oreja en julio, también atribuyó el intento más reciente al Presidente y la Vicepresidenta, argumentando que el sospechoso actuaba en respuesta a ataques políticos.
“Él creyó en la retórica de Biden y Harris, y actuó en consecuencia”, dijo Trump a Fox News. “Su retórica está provocando que me disparen”. Mientras se quejaba de que los demócratas lo habían convertido en un blanco al llamarlo una amenaza a la democracia, repitió la afirmación de que “estas son personas que quieren destruir nuestro País”.
Cuatro Presidentes en funciones han sido asesinados mientras estaban en el cargo y otro resultó gravemente herido a tiros. Un expresidente también recibió un disparo y sobrevivió, y muchos otros han sido blancos. Pero dos atentados contra la vida de un expresidente en dos meses aún destaca.
Trump parece inspirar a la gente a hacer amenazas o tomar medidas tanto a su favor como en su contra. Durante mucho tiempo ha favorecido el lenguaje de la violencia en su discurso, alentando a sus partidarios a golpear a quienes levantan la voz en su contra, amenazando con disparar contra saqueadores e inmigrantes indocumentados, burlándose de un ataque contra el esposo de la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes de EU y sugiriendo que un General que consideró desleal fuera ejecutado.
Si bien Trump insiste en que su discurso incendiario a sus partidarios el 6 de enero del 2021 no fue responsable de la posterior invasión al Capitolio de Estados Unidos, resistió las súplicas de sus asesores de hacer más para detener el suceso. Incluso sugirió que la turba podría tener razón de querer colgar a su Vicepresidenta.
La ira tiene mucho tiempo de ser la fuerza animadora de la era de Trump en la política. Las predicciones de que podría reconsiderar eso después de eludir por poco la muerte en Pensilvania resultaron efímeras. A mitad de su discurso de aceptación en la Convención Nacional Republicana, cinco días después, había vuelto a ser el mismo.
Pero es una medida de a qué grado se ha convertido la violencia política en parte de la cultura estadounidense moderna, que el incidente más reciente puede no marcar más diferencia que el primero. La conmoción por el tiroteo en Pensilvania desapareció relativamente rápido a medida que la atención se centró en otros acontecimientos. Es posible que el impacto de este no dure más.
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