¿Qué misterios existen alrededor del funcionamiento de Palmerola como el gran aeropuerto de la zona central que tanto urge para el desarrollo del país, para igualar las condiciones competitivas en la región?
El último episodio de esta larga telenovela es la publicitada licitación internacional para adjudicar la construcción y operación de este aeropuerto para el tráfico de carga y personas, con facilidades similares a otros aeropuertos en Centroamérica.
Resulta extraño que de ocho compañías que mostraron interés en el proyecto de Estados Unidos, Sur América y otras latitudes, solamente una compañía de Honduras que es parte del grupo que actualmente maneja los aeropuertos del país, haya participado y se le haya adjudicado el proyecto, adjudicación que se hizo en los días previos al cambio de gobierno.
El actual gobierno todavía no se ha pronunciado, pero sabemos que el presidente de la compañía ganadora y actual presidente de InterAirports se ha negado a firmar el respectivo contrato para iniciar el proyecto.
¿Qué razones existen? Esta es una gran obra de infraestructura que reclama a gritos el desarrollo de Honduras.
Mientras no se pronuncien las partes contratantes: gobierno y compañía ganadora de la licitación, solamente podemos meditar sobre algunas de las causas del congelamiento del aeropuerto de Palmerola.
1. ¿Existe confabulación de las compañías aéreas que actualmente operan en el aeropuerto de Toncontín para mantener un monopolio de tarifas y frecuencias de vuelo?
2. ¿El operador actual de Toncontín está esperando recuperar hasta el último centavo que invirtió en la remodelación de la terminal de este aeropuerto?
3. ¿Fue el proceso de licitación y adjudicación algo de compadres hablados?
Mientras tanto, miles de hondureños de la región sur, centro y la capital seguirán rifándose la vida cada vez que aterricen en Toncontín y haciendo el ridículo al aplaudir cuando el avión finalmente se detiene.
