Cartas al editor

La hora macabrona

La hora macabrona, es decir, esos momentos lúgubres, repulsivos, llenos de muerte y luto, provocada por la pandemia del covid-19 en Honduras, tal parece que está, gracias a Dios, bajando, disminuyendo y quizás muy pronto, con una vacuna rusa, llegando a su fin. Esperemos que así sea por la voluntad de nuestro Padre Celestial.

Algunos creen que esta pandemia no fue más que un mecanismo que se utilizó para generar miedo para establecer un nuevo orden mundial en el que los poderosos deciden quién sí y quién no vive, o para deshacerse de los de la tercera edad que ya no son útiles a la sociedad y, por el contrario, una carga social. Otros son de la opinión que el virus fue provocado para hacer un millonario negocio desde las farmacéuticas, pues algunos ven esta industria no la oportunidad para generar bienestar a la población, sino para hacer lucrativos negocios lícitos e ilícitos.

Estos no quisieran que la pandemia pase pues en río revuelto ganancia de pescadores, incluyendo los medios de comunicación que hacen dinero con las campañas “de prevención” del gobierno, por supuesto los presidentes tampoco, pues es una oportunidad que ven para alargar su mandato.

La realidad es que esta pandemia si bien fue macabra también hay que admitir que ha puesto al descubierto la clase de aves de rapiña que tenemos en el gobierno y en la clase política también, pues por dinero han cometido actos de lesa humanidad con transacciones impregnadas de corrupción en la compras de emergencia.

El covid-19 será recordado como una dura prueba para el mundo y para nuestro país, pero también —sin duda alguna— esta pandemia ha puesto en jaque mate a una clase política que como la plaga que son debemos mandar a echar pulgas a otro lado, y ahora que se haga la convocatoria oficial para elecciones internas, tomar nota y ver bien los movimientos internos políticos que llevan en sus planillas a estas lacras de la sociedad para cargos de elección popular. El precandidato que los incluya debe ser censurado y castigado en las urnas. Así lo requiere la patria.

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