Si un director o dueño de un medio de comunicación cree que la violencia que transmite a la población no tiene efectos psicológicos nocivos para la población especialmente en la más inculta, se equivoca.
Según expertos en el tema, diferentes estudios a nivel mundial han analizado los efectos emocionales de la violencia en el medio televisivo.
Han establecido que la violencia individual y colectiva son meros efectos de la visión de imágenes violentas, pero también dependen en buena medida de los valores sociales y del proceso evaluativo y educativo de cada persona.
Agregan que la exposición a imágenes violentas en los medios de comunicación y, en concreto, en la televisión, profundizan en la mente de las personas y los efectos negativos pueden entrañar estas imágenes, son altamente nocivas sobre todo para las personas emocionalmente más débiles o que atraviesan por crisis económicas como el desempleo, faltas de oportunidades, etc.
Los medios que literalmente viven de la tragedia de los demás tan solo según ellos para tener más rating, son medios irresponsables que no tienen conciencia del daño que le están causando a la sociedad.
El incremento de suicidios en nuestro país no es pura casualidad, es producto de una televisión basura a la que por su escasa cultura están siendo sometidos por medios inescrupulosos y patrocinadores cómplices que están “sin querer, queriendo” contaminado la mente de los telespectadores.
Yo siempre he dicho y sostengo que a la hora de informarse es mejor hacerlo leyendo los periódicos, pues es un medio que le permite a uno la posibilidad de escoger qué tipo de información quiere “ingerir”.
El amarillismo debe ser censurado, no es más que morbo disfrazado de noticia y sin duda que quienes lo promueven son responsables directos de las tragedias que vive nuestra población. He dicho… ¡caso cerrado!.
