La microhistoria estudia casos individuales con breve escala (un pueblo, una familia) en vez de grandes estructuras y procesos. “Es interdisciplinaria” explica la escuela mexicana correspondiente, por nutrirse con antropología, sociología y psicología y comprender así comportamientos de individuos y cortos grupos.
Recordé la materia, a 15 años del golpe de Estado de 2009, porque fueron entonces ocultos miles de detalles que retrataban la ola de cinismo, estupidez, obcecación e ignorancia que tipificó al torpe proceso.
Ejemplo: la nueva ministra de Cultura -ilusa dama- que advirtió en su primera conferencia que reconstruiría el legado intelectual hondureño, pervertido por anarquistas al estilo de Picasso, Sartre, Lorca y Octavio Paz... “¡Fuera Fuentes y García Márquez!” -explotó-, “no leerán las escuelas páginas de Cortázar, Amaya Amador ni Martí, al fin cubano”.
La radio tronaba: “¡Decreto del gobierno suspende garantías civiles y emite una ley represiva que establece: Prohibido: transmisión o publicación hablada, escrita o televisada que ofenda la dignidad humana, los funcionarios o atente contra la ley, resoluciones de gobierno o que amenace la paz y orden públicos; Conatel, Policía y Fuerzas Armadas son autorizados para suspender cualquier estación (...) que no se ajuste a las disposiciones!”.
La Resistencia descubría que el gobierno usurpador pagaba al lobby Chlopak, Leonard, Schechter Associates, para cabildear en EUA, US$290,000 a favor del golpismo... El canciller bocón dijo que evitaba la molestia de hablar de cierto enano país como El Salvador, queriendo decir miserable. El comunicado de la Conferencia Episcopal, suscrito por once obispos, decía no ocurrir golpe de Estado sino sucesión presidencial...
Entre tanto el presidente de la asociación de reservistas entregaba al dictadorzuelo un banderín en muestra de que esa sociedad quedaba “a disposición” del desgobierno, o sea de sus crímenes. Cien países expresaron rechazo a los inconstitucionales siendo Taiwán e Israel los únicos en reconocer oficialmente al mando de facto; en Tegucigalpa quedaron sólo los embajadores de Panamá y Perú.
Adicional de dos fotos a ser colgadas en muros de infamia: la inicial tomada en la CCIC y donde la colonia árabe-descendiente reverencia en ceremonia étnica al innombrable, empresarios e industriales estos que ofrecieron pagar la deuda externa... La segunda es horrible copia de bajeza de ciertas altas mentes pues registra agachadas a figuras de la esfera profesional, cultural y política (un respetado exministro, una rectora, un pastor) agradeciendo a dios en el Congreso por salvarnos de la tromba comunista.
Rumores hubo que gente de Cohep sobrevoló Roatán para ver cómo expropiar las playas de descendientes garínagu; que los de Andi estudiaron Cayos Cochinos para indagar quién allí residía; que helicópteros circundaron “El Cajón” para intentar apropiárselo.
El FMI, dicen, vino para sugerir al golpista que resistiera pues tenía recursos para sostenerlo a pesar del rechazo, y en negro viernes cayó la fruta del pastel, cuando el jefe del Comando Sur, Gral. Fraser, aseguró al innombrable que jamás lo dejarían solo “costara cuanto costara” ... ¿O qué, ya se les olvidó...?