Tiempos de coronavirus es hoy un equivalente a tiempos de crisis. Este mortal virus está obligando a recapacitar y reaprender nuestra forma de comunicarnos. El coronavirus tocó todas las dimensiones de acercamiento, incluso a nivel familiar y empresarial, está poniendo a prueba la comunicación de las familias, las empresas y los gobiernos.
La comunicación deplorable trae consecuencias negativas en tiempos de crisis. Las primeras noticias luego de que China está en proceso de recuperación sanitaria, fueron que varias ciudades registraron un récord de demandas de divorcio. La comunicación debe ser oportuna. Un informe de Reporteros Sin Fronteras indicó que si la comunidad internacional hubiera tenido la información necesaria sobre el coronavirus de parte de China, hubiera actuado a tiempo al grado de, incluso, haber evitado el 86% de infectados. La comunicación debe ser clara.
Como elemento clave en toda empresa y organización, debe haber claridad en la comunicación, y en tiempos de coronavirus (crisis) se ha vuelto un reto de prueba y error, se experimenta con el mensaje utilizado, medio para llegar, y se expone la reputación.
En momentos de crisis nunca se improvisa, se debe tener previo un plan, las empresas y gobiernos de todo el planeta han tenido que improvisar y su comunicación es a prueba y error. El lenguaje y la empatía son torales para la comunicación en momentos de crisis. Hay empresas que transmiten anuncios a sus clientes diciéndoles “los estaremos esperando”, pero han tomado medidas nada solidarias con sus empleados. Cuando no hay sinergia no se logra la empatía con los clientes. En tiempos de coronavirus se debe ser sincero, no esconder errores y asumir que se ha equivocado; no se deben explicar errores como un fracaso ni tampoco adoptar un rol de mártir. Se plantean soluciones y se comunican. De nada sirve asumir la crisis si no se ofrece ningún tipo de mejora.
La verdadera prueba de éxito de la comunicación en tiempos de crisis también se basa en el “mensaje-yo efectivo” que es cuando se declaran y se dicen emociones que se necesitan ser escuchadas, así se logra un mensaje con más beneficio para el oyente que para el hablante