Sin duda alguna la salud pública se vincula estrechamente con las condiciones medioambientales, la evidencia científica demuestra el impacto de la contaminación ambiental sobre la salud de las personas y como afecta su calidad de vida en todos los aspectos. Desde la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), hacemos un llamado, en el Día Mundial de la Salud, para proteger nuestro planeta y, por ende, proteger el bienestar de las personas. Para lograrlo, es necesario formar alianzas intersectoriales para el establecimiento de políticas orientadas a reducir el impacto negativo de la actividad humana en el medio ambiente y consecuentemente en nuestra salud.
En Honduras, abogamos por impulsar una política nacional de reducción de combustibles que afectan la salud de las personas. Para ello, promovemos el trabajo intersectorial entre las Secretarías de Salud; de Energía y de Recursos Naturales y Ambiente, para estimular la transición al uso de energías más limpias contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas.
Varios estudios han demostrado que la calidad del aire en el interior de los hogares influye directamente sobre la salud y la economía de las personas: un estudio para el Banco Mundial (2007) estimó que los efectos de la contaminación del aire en los hogares, por el uso de biomasa para cocinar, representa un costo anual de 56 millones de dólares para el sistema de salud de Honduras. Por otra parte, la evaluación rápida de acceso a la energía, realizada por la OPS/OMS en el 2019, reveló que la contaminación del aire en los hogares hondureños constituye el quinto factor de riesgo para la salud, y unas 4000 muertes anuales pueden atribuirse a la carga de enfermedades directamente relacionadas a la contaminación del ambiente (incluyendo el interior del hogar por el uso de combustibles sólidos como la leña).
Es importante señalar que más de un millón de hogares en Honduras dependen de la leña y otros residuos orgánicos para cocinar. A pesar de los esfuerzos para implementar el uso de eco-fogones que reducen hasta un 15% el riesgo para la salud, éste no se elimina.
En consecuencia, la OPS/OMS recomienda tomar medidas para acelerar la transición a energías más limpias. Desarrollar políticas y estrategias focalizadas para atender las necesidades específicas de los grupos de población viviendo en condiciones de vulnerabilidad; fortalecer el enfoque de salud pública como parte de una estrategia integral; fortalecer el sistema de distribución eléctrico; fortalecer el marco institucional y condiciones de mercado para el uso de gas LP; estimar, de manera intersectorial, los cobeneficios climáticos, ambientales y en salud de la transición energética, solo por mencionar algunas.La salud empieza en el hogar, pero es fundamental apoyar a las familias hondureñas para que puedan contar con los recursos para tener un ambiente limpio, para que respiren un aire sin contaminantes de tal manera que mejore su salud y su economía, protegiendo consecuentemente nuestro planeta.