Cada día, los valores morales de nuestra sociedad van colapsando porque la permisividad de ésta hacia el delito es de sonrisa, aplausos, vítores hacia los individuos que hacen una acción delictiva, donde el usufructo es cuantioso, es digno de alabanza, hemos visto que han desfilado como si fuera el día de la independencia a decenas de funcionarios públicos ante los tribunales de justicia y en vez de sentenciarlos con grandes condenas les dan medidas sustitutivas, los exhiben, sí, para callar una noticia reciente y que involucra a otro señalado; nos dan pan y circo, después de la patarata, los envían al Primer Batallón con los privilegios que tienen los delincuentes de cuello blanco y que no pueden ser llevados a la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto o a CEFAS porque no pasarían la noche, después de pagar una fianza son liberados y los escoltan hasta sus casas, ahí se sentarán a disfrutar de las riquezas mal habidas y estamos tan desmoronados en estos principios que los elegimos para que sean los gobernantes de nuestra patria, ¡viva la corrupción!
Todo lo que nuestros padres nos enseñaron, lo que maestros durante años de educación nos manifestaron los altos ideales de un buen ciudadano, en las iglesias cerramos los ojos para que nuestra espiritualidad sea grande, pero, cuando dejamos atrás lo excelente los estamos echando al trasto de la basura.
Las influencias externas de como individuos en diversas naciones, sean éstos gobernantes, funcionarios públicos, empresarios y personas comunes, han sido permeados por el cine y la televisión donde se enseña el arte de defraudar, robar con alevosía, estafar, planear crímenes financieros y como los carteles del narcotráfico se forman y su accionar, sus clases las reciben de las telenovelas como “El señor de los cielos”, “El capo”, “La reina del sur”, que son lecciones que se dan a todo color para demostrar que si se puede ser similar, o la pornografía tan explícita tienden a corromper los valores.
Los valores morales son un conjunto de normas sociales, espirituales, individuales donde la enseñanza de los que nos han rodeado en transcurso de la vida, acompañadas con experiencia personales nos inculcan a no robar, mentir, el respeto al derecho ajeno, la tolerancia, etc., si bien romperlos puede acarrear el rechazo social y, en algunos casos, el castigo legal. ¿Por qué defraudas al erario nacional? Si en nuestros hogares nos enseñaron que el robar es un delito que se paga con la cárcel. ¿Por qué mientes? La cobardía de no reconocer que se han equivocado y por salir ileso recurren a la mentira.
El que vive sin principios morales todo lo tergiversa a su conveniencia, todo se lo aplican a ellos o ellas y dicen: “sí, soy generoso(a) porque el pueblo me da a cuidar los recursos del Estado y como mando, puedo andar en helicóptero todos los días, no importa cuánto valga la hora, me puedo ir a Holanda, el avioncito no nos gustaba y alquilamos otro por solo 350 mil dólares más, pero íbamos cómodos”. El pueblo no puede esperar nada a cambio.