Tegucigalpa, Honduras.- El Senador estadounidense por el estado de Utah, Mike Lee, reaccionó en las últimas horas ante las declaraciones de la presidenta, Xiomara Castro, sobre retirar la base militar que Estados Unidos opera en Honduras desde los años 80, en represalia si se dan masivas deportaciones en la administración Trump.
“Si Honduras no nos quiere allí, podemos trasladar esa base a Guatemala”, dijo el senador estadounidense a través de un hilo de X/Twitter.
Además, Lee sugirió imponer restricciones a las remesas enviadas desde Estados Unidos a Honduras. Propuso promulgar una legislación que exija pruebas de estatus migratorio legal para los hondureños que envíen dinero al país. Según el senador, estos fondos podrían utilizarse para financiar el traslado de la base militar a un país más alineado con las políticas estadounidenses, como Guatemala, que según él “es más amigable y busca combatir la trata de personas”.
“Y ya que estamos, no más ayuda a Honduras, ni a ningún otro país que esté en desacuerdo con nuestra urgente necesidad de deportar a los inmigrantes ilegales”, sentenció decididamente.
La propuesta de Lee también apunta a frenar las remesas que de Estados Unidos llegan a los hondureños. “Tal vez deberíamos promulgar una legislación que obligue a los hondureños a proporcionar pruebas de su estatus migratorio legal cuando envían remesas a su país de origen”, expresó en otro posteo.
En un nuevo posteo publicado este sábado, acompañado de un video que posteriormente borró, el senador estadounidense reiteró: “Si Honduras no nos permite mantener nuestra base en ese país (porque no quiere que enviemos a Honduras a los hondureños que residen ilegalmente en los EE. UU.), deberíamos trasladar esa base a Guatemala, que es más amigable con los EE. UU. y quiere combatir (no perpetuar) la trata de personas”.
Criticada medida
Fue el pasado 1 de enero, en pleno Año Nuevo, durante una cadena de radio y televisión que la presidenta Castro, amenazó con retirar la base militar.
La gobernante aseguró que sí Trump adopta una actitud hostil de expulsión masiva de migrantes, “tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el campo militar en el que sin pagar un centavo por décadas mantienen bases militares en nuestro territorio, que en este caso perderían toda la razón de existir en Honduras”.
La Fuerza de Tarea Conjunta Bravo está ubicada en la Base Aérea Soto Cano, Comayagua y opera desde 1982. Está conformada por más de 500 militares estadounidenses y 500 civiles hondureños y estadounidenses.
En conversación con EL HERALDO, el exagente de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Mike Vigil, vaticinó que la lucha contra el narcotráfico se vería sumamente debilitada si se retiran las tropas militares de Estados Unidos en la base aérea de Palmerola.
Mientras que para el general en condición de retiro de las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA), Romeo Vásquez Velásquez, la advertencia de expulsión lanzada por Castro, obedece a “a un plan maquiavélico en busca de proteger a los que les han apoyado”.