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El viacrucis de los tepesianos

Para hoy o mañana se espera el anuncio oficial del Departamento de Estado sobre la prórroga o no del Tratado de Protección Temporal (TPS), que ampara a unos 44 mil hondureños que residen ilegalmente en Estados Unidos.

Es un tema delicado. Un problema de país, por cuanto está en vilo el bienestar o la deportación de miles de familias hondureñas.

Desafortunadamente, en Honduras todo se politiza, y de plano la oposición ya tendrá listos sus misiles de crucero para abrir fuego si el TPS no es prorrogado.

La verdad es que solo un milagro divino haría posible que la administración Trump extendiera el permiso.

El gobernante estadounidense ganó las elecciones –y así también piensa reelegirse- gracias a su retórica antiinmigrante. No se puede acariciar la idea de un cambio en su política, al menos mientras no se asegure, un segundo mandato. Lo hizo el mismo Obama.

En su primera campaña ofreció una reforma migratoria integral y no la cumplió, no obstante que tenía mayoría en las dos Cámaras. Intentó cumplir su promesa hasta su segundo período, cuando ya había perdido el Congreso.

Además, debemos reconocer que los gringos nos dieron la mano, y les agarramos el codo. Ya son 20 años de extensiones del TPS. En otras palabras, Donald Trum tiene razón y, aunque no la tuviera, Estados Unidos, al igual que cualquier otra nación, es soberano de tomar las decisiones que mejor convengan a sus intereses.

Tampoco debemos olvidar que Honduras por lo menos consiguió una ampliación de seis meses de su TPS, contrario a El Salvador, Haití, Nicaragua y Nepal, a quienes se los cancelaron de raíz y les dieron 18 meses para que alisten maletas y regresen a sus países.

Lo que deberíamos hacer -si el TPS no se prorroga- es prepararnos para recibir a esos compatriotas como se lo merecen, con trabajo, con programas de protección social, con seguridad para ellos y sus familias.

Hacia allí debería enfilar sus baterías una oposición seria que en verdad desea el bienestar de sus compatriotas, porque Trump, esté quien esté aquí en el poder, va a hacer lo que tenga que hacer para quedar bien con sus electores.