Arrancó la carrera electoral en el marco de la Ley. Se cumplen los plazos para cubrir cada una de las etapas a culminar con las elecciones generales del 30 de noviembre del 2025.
Se presentaron las planillas a cargos de elección popular y a cargos internos, en el Partido Libertad y Refundación (PLR), Partido Nacional (PN) y Partido Liberal (PL) para las elecciones primarias. Las expectativas confluyen en unas elecciones libres y limpias, con las cuales se integre la fórmula presidencial, puestos legislativos y municipales, con las pre candidaturas efectivamente votadas en las urnas.
Es inconcebible que con el deterioro creciente, la práctica política, en vez de revertirlo y recuperar la credibilidad para gozar de legitimidad, a estas alturas se tenga que estar temiendo que las elecciones vuelvan a estar descalificadas por denuncias de fraude.
Por menos que fueran esas denuncias, o sin la fuerza suficiente, el solo hecho de poner en duda los resultados de las urnas, significaría una seria amenaza a la estabilidad política en nuestro país. Sin exagerar.
De proporciones impredecibles, el que algún participante en las elecciones primarias antes, y generales después, se sintiera vejado en sus derechos, puede resquebrajar este sistema político electoral, que no va a aguantar más presión y abuso por nadie, menos por quienes deben ser garantes del Estado de derecho. Es fundamental para el fortalecimiento democrático y el arraigo de los valores que lo sustentan, el que las votaciones sean respaldadas por todo el electorado.
Las cosas están cambiando. Acaba de ser hecho requerimiento en contra de un autor de delito electoral cometido en las elecciones ante pasadas.
Aunque pareciera tarde, el efecto disuasivo puede ser efectivo: ya no será tolerado ni por la autoridad ni por electores, el fraude electoral. No habrá impunidad para delitos electorales. Tienen que aprender a respetar la voluntad popular manifiesta en las urnas. La carrera electoral debe terminar en el marco de la ley.