Columnistas

Miedos internacionales

En la campaña que llevó al poder a Xiomara Castro se habló mucho de geopolítica (o debería decir, pseudogeopolítica); a la población se la intentó intimidar con leyendas ochenteras. Pero el pueblo hondureño no tuvo miedo, y fue lo correcto. A veces olvidamos que los gobiernos de un país no son el Estado y que las relaciones internacionales son más complejas que irle a un equipo de fútbol.

El miedo que siempre se ha querido implantar en Honduras es que Estados Unidos nos dé la espalda apenas hagamos un mínimo viraje a la izquierda, y creo que eso no ha tenido ningún fundamento. ¿Acaso no hay en Europa gobiernos de centro izquierda en países como Alemania, Dinamarca, Finlandia, Portugal y España? Se debe remarcar que todos guardan unas excelentes relaciones con los Estados Unidos. Por supuesto, hablamos de latitudes y magnitudes distintas, pero es izquierda después de todo.

Recordemos que no significamos ni significaremos nunca una amenaza para los Estados Unidos. De hecho, su relación con Honduras está fundamentada en una sola realidad: somos unos vecinos relativamente cercanos. Ahora mismo debe interesarle a los Estados Unidos nuestro desarrollo, independientemente de la ideología en el poder, pues solamente así se frenará la migración, que es un conflicto tanto para ellos como para nosotros. Ese salvavidas que hemos tenido en los últimos años llamado remesas es solo la muestra de que como país nos hemos estado ahogando. El otro tema de interés es el narcotráfico. En resumen: migración, desarrollo y seguridad.

Particularmente, espero mucha sobriedad de parte del gobierno de Castro en cuanto a las políticas internacionales. No necesitamos dentro de Honduras polarizaciones que poco nos incumben.

Los gobiernos occidentales del siglo XXI se caracterizan por navegar muy bien las aguas de la geopolítica, y quienes no lo hacen así siguen viviendo en épocas pasadas. A algunos puede que no les guste porque parecen posiciones poco definidas, pero lo cierto es que quizá es la forma correcta, sobre todo cuando no se es una potencia. Basta con ver el ejemplo de los países neutrales en las guerras. Han sido, a mi juicio, los verdaderos ganadores. Y en este punto quiero retomar lo que dije arriba. Los Estados no son de izquierda ni de derecha, todas las constituciones hechas con la correcta intención tienen como centro al ser humano. Son los gobiernos los que tienden hacia un lado u otro, pero bajo los principios constitucionales. Si eso se respeta, ningún gobierno, de ninguna orientación política debería significar un problema.

Hasta el momento, la comunidad internacional ha reaccionado muy bien con la victoria de Castro, aparentemente sin ningún prejuicio. Y creo que ha sido sobre todo por cómo se ha llevado a cabo el proceso electoral, y porque quizá también desde afuera consideraron que era necesario un cambio de rumbo en el país.

A pesar de que el desarrollo debe ser impulsado desde Honduras, por nuestras condiciones necesitamos de manos hermanas que nos ayuden a progresar y ser mejores vecinos, porque por supuesto que los países desarrollados son mejores vecinos y miembros de la comunidad internacional, porque en lugar de plantear un problema, tienen la posibilidad de generar soluciones.

Honduras siempre ha sido un país noble y amistoso y seguramente lo seguirá siendo con todos sus iguales. Después de todo, la relación natural entre dos países es la concordia.