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Unos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña

Como esta canción infantil, así se legisla en Honduras, bajo la sombra de la ilegalidad de una junta directiva que nadie reconoce, que se arropa en los pasillos con un discurso social, con sus diputados “inflados” por la egocracia mecánica que les activa de inmediato el movimiento de levantar la mano para cobrar sus onerosos salarios y viáticos, gastados en hacerle los mandados al poder oficial.

Si la democracia dependiera de la cantidad de diputados, seríamos uno de los países más democráticos del mundo, pero nos han vendido el delirio de la política envuelto con un Congreso de baja producción de leyes, subyugado al Poder Ejecutivo y convertido en una máquina tragamonedas y billetes en exceso con viáticos despilfarrados en cuentas chinas.

Este descalabro con cifras más exactas fue auditado y revelado en números crudos por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), quien plantó la cara presentando un informe titulado: Del Congreso que votamos, al Congreso que tenemos, en el que se desnudan las transacciones numerales del Congreso desde el año pasado.

Este es el segundo antecedente que el CNA presenta, donde arroja este vergonzoso informe y señala que existe un sometimiento del Congreso Nacional ante el Poder Ejecutivo, que se ve reflejado en los proyectos de ley presentados versus los proyectos de ley aprobados, tanto así que, de los 36 proyectos de decreto presentados por el Poder Ejecutivo, 46 fueron aprobados.

Un Poder Legislativo que funciona como conserje del Ejecutivo y hace los mandados a la perfección.En cambio, de los 337 proyectos de ley presentados por diputados propietarios, solo el 10.7 %, es decir 36, se convirtieron en decretos.

En el caso de los presentados por diputados suplentes, que fueron 78, solo 8 resultaron ser aprobados. Ello representó el 10.3%. Y para calmarles el estrés, se les otorgó viáticos que representaron el 17.69 % de la ejecución presupuestaria del Congreso Nacional durante el 2022.Solamente en el primer semestre de 2022 se erogaron L 78,760,750.33 y en el segundo semestre 81,276,436.37 lempiras. En total, fueron L 160,037,186.70 que se consumieron en viajes y paseos para hablar de las “linduras” de la política.

Y si alguno de estos honorables hombres y mujeres no podía levantar la mano, por el sueño que provoca la falta de nutrientes, se destazó el dinero público en alimentación y bebidas, donde se tragaron un total de L 11,025.017.44.

De estos, el 30.75% se gastó en el primer semestre y el 69.25% en el segundo. Si el pueblo se alimentara como lo hacen sus representantes, sería esta nación un remanso de obesos alimentados con la satisfacción de catracholandia, y tendríamos la oposición política más beligerante de la región; sin embargo, los diputados nacionalistas, que tanto alegan en la radio y televisión, son los que menos presentaron proyectos de decreto.

Este informe, que más bien debería ser una orden de captura para estos esbirros de la política, que no son todos, pero la mayoría manda como dicen ellos mismos, nos dice que 34 diputados, de 4 bancadas distintas, no presentaron ningún proyecto de decreto entre el 1 de julio de 2022 y el 31 de enero de 2023. Estos especímenes fueron a “soñar” por una mejor Honduras, porque llegaron a dormir todo el año pasado.

El CNA denunció estos abusos, pero el Congreso pasa ocupado en sus francachelas y se rehusó a responder dos solicitudes de información, de tal manera que al organismo anticorrupción le tocó interponer ante el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) una queja formal contra el Estado de Honduras: “Por actuaciones de congresistas miembros de hecho de la junta directiva del Congreso Nacional, por la violación del derecho de petición, derecho de acceso a la información pública y derechos conexos”.

Tenemos pues, elefantes blancos, balanceándose en los delgados hilos de esta democracia presupuestada para ellos.