Editorial

Frenar los accidentes de tránsito

Dos ancianos, que eran hermanos, murieron ayer tras ser atropellados por un microbús en el bulevar Los Próceres de Tegucigalpa, en momentos en que cruzaban la avenida para llegar al hospital San Felipe, donde tenían programadas citas médicas. Ellos eran originarios de la isla de Amapala, en el golfo de Fonseca. Un día antes, una mujer fue embestida por un carro en la carretera CA-5, a la altura de Taulabé, Comayagua, justo cuando esperaba cruzar la carretera para llegar a su hogar.

Los hermanos Andrés y María Claudina Flores Zavala, de 80 y 72 años, respectivamente, y Elvia Rosa son tres víctimas más de “los locos del volante”, esos conductores de automotores que circulan por las calles, avenidas y carreteras de Honduras, sin observar las mínimas reglas de conducción y que son responsables de miles de muertes a nivel nacional.

Los accidentes de tránsito son, según las estadísticas de la Policía y el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, la segunda causa de muerte en Honduras, solo después de los homicidios. En 2021, la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte registró 8,900 accidentes de tránsito en los que perdieron la vida 1,320 personas y más de 3,000 resultaron con heridas de gravedad.

Las causas no son desconocidas. El exceso de velocidad, conducir bajo los efectos del alcohol, las fallas mecánicas, y aunado a ellas, el desconocimiento de las Leyes de Tránsito y el irrespeto a las mismas se incluyen en la lista, pero también la ausencia de las autoridades competentes en las calles y carreteras.

Las cifras dejan sentada la obligatoriedad de que el problema se tome en serio y se comience por aplicar la ley de manera rigurosa. Tampoco estaría mal una intensa campaña de educación vial. La meta debe ser reducir estos casos y preservar la vida de la población.